Observar el sol ocultándose en el horizonte puede convertirse en un espectáculo maravilloso e inspirador en algunos rincones privilegiados del globo
Observar el sol ocultándose en el horizonte puede convertirse en un espectáculo maravilloso e inspirador en algunos rincones privilegiados del globo
Muchas personas sienten fascinación, pasión e incluso obsesión por los atardeceres, y a esta admiración estética y emocional por el ocaso se le han asignado denominaciones informales, de dudosa etimología, no reconocidas por los diccionarios y terminadas con el sufijo “filia” (afición, simpatía o amor a algo) como opacarofilia, ocasofilia, surupofilia o licofofilia.
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