La sazón criolla se hace presente en la propuesta culinaria elaborada en El Sartén de Fary, un espacio refrescante enclavado en las montañas del poblado Castañer en Lares.

Allí se fusionan exquisitos sabores de productos locales, cosechados en las fincas aledañas a este restaurante que se caracteriza por su colorido diseño en decenas de utensilios de cocina suspendidos en el aire.

El ingenioso concepto fue creado por el chef José Farinacci Vera quien se esmera en complacer a infinidad de comensales que llegan de distintas partes de la isla y del mundo para degustar los manjares borincanos.

Fary, apodo del propietario, se instaló en Castañer hace varios años luego de contraer matrimonio con Lourdes Serrano quien es natural del poblado.

“Yo estudié para chef en el Instituto de Banca e hice la práctica con el chef (Ventura) Vivoni. Antes del restaurante tuve varios negocios, entre estos, casas de brinco. Entonces, al conocer a mi esposa vinimos a Castañer, Lares, pero en un momento dado fuimos a comer y no encontramos nada”, relató el ponceño de 45 años.

“De ahí surge la idea de hacer este restaurante que comenzó en el verano del 2020, en plena pandemia del Covid-19. Cuando la pandemia dijo cerrar, nosotros abrimos porque el Gobierno les dio permiso a los restaurantes para vender en servicarro”, manifestó el hijo de Zoraida Vera y José Luis Farinacci.

Sin embargo, aún no contaba con un nombre para su negocio. Fue su hermano Jorge quien sugirió bautizarlo como El Sartén de Fary.

“Estábamos en casa de mami. Ese día cuando abrimos no tenía nombre, mi hermano me pregunta qué nombre le vamos a poner. Pero en eso, yo estaba haciendo unos camaroncitos en salsa criolla al sartén y me dijo: ‘¿y si le pones El Sartén de Fary?’. Y no hubo objeción”, recordó.

Su ofrecimiento gastronómico consta, principalmente, de platos criollos, en un ambiente familiar. De su menú sobresalen deliciosos acompañantes, tales como mofongo, tostones, papas fritas, sorullitos, yuca frita, batatas fritas “y un surtido de frituritas”.

En cuanto a platos principales resaltan alitas fritas, carne frita, camarones al ajillo, camarones en salsa criolla, chicharrones de pollo, chuleta frita, chuleta can-can, churrasco angus y masitas de pollo.

No puede faltar el rey del menú boricua que es el mofongo relleno de camarones, churrasco, pollo, pulpo o mixto, entre otros. Igualmente, cuentan con pechuga de pollo a la milanesa, a la plancha, en salsa italiana, criolla o Alfredo.

“Nos concentramos en el plato criollo como tostones, chuleta can-can, pechuga a la plancha, carne frita, filete de mero, filete de dorado, camarones. También tenemos el mar y tierra con churrasco angus de 12 onzas y camarones”, detalló.

“Además, tenemos pechuga a la plancha con camarones. Puedo decir también que el salmón se vende bien, igual que la chuleta can-can, la carne frita… todo”, insistió.

En el renglón de postres, resalta el “cheesecake y la tarta de limón; todo hecho aquí. En coctelería tenemos mojitos, todo tipo de cerveza y tragos”.

Cabe destacar que la decoración del local está repleta de sartenes de todos los tamaños y colores. Según Farinacci Vera, “la mayoría lo traen los clientes”.

“En una ocasión vino Héctor PR y nos firmó un sartén que nos hizo. Pero también tengo sartenes que han traído las personas desde San Juan, Las Marías, Maricao, al igual que otros que nos traen la bandera de su país”, sostuvo al mencionar que han llegado visitantes de Colombia, Ecuador y Suecia, entre otros lugares de origen.

Mientras que la operación del negocio genera siete empleos y el local acomoda hasta 50 personas, entre el salón principal y dos terrazas.

Por otro lado, hace unos años que Farinacci Vera se convirtió en el primer socio dueño de la Cooperativa Hidroeléctrica de la Montaña, organización comunitaria que pretende aliviar la crisis energética que enfrentan las personas que residen en comunidades de difícil acceso.

“Eso ha sido una bendición para nosotros porque aquí, a cada rato se nos va el servicio. Ahora con la microrred no nos damos cuenta ni cuando la luz se va ni cuando llega. El sistema se activa solo”, confesó al ser recipiente de la primera instalación de microrredes en Castañer, un poblado integrado por cuatro municipios: Lares, Adjuntas, Maricao y Yauco.

“De aquí (restaurante) se conecta la comunidad. Cuando pasó (el huracán) Fiona (septiembre de 2022), estuvimos varias semanas sin luz, los vecinos venían a conectarse. Una vecina tenía una máquina de terapia, halamos las extensiones de aquí para allá y ella pudo bregar con esa situación. Cuando eso pasa, esto se convierte en un centro comunitario”, acotó.

Entretanto, Fary se concentra en proveer una oferta gastronómica que enloquece a locales y visitantes, desde el corazón del archipiélago borincano.

Para detalles: 787-404-8846.