En la comodidad de su hogar, junto a su familia y recibiendo las muestras de afecto de decenas de personas, el fisiatra Miguel “Kiko” Arroyo Ramos aseguró hoy que su naturaleza guerrera y su vocación de médico fueron clave para resguardarlo y mantenerlo con vida tras recibir dos impactos de bala el domingo pasado durante la competencia Ironman 70.3 Puerto Rico.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Intenso relato de fisiatra baleado en competencia Ironman
“Dios obra extraño (llora). Yo tengo unas cosas que me han pasado en otros aspectos y creo en esa conexión. Creo en los ángeles”, confesó Miguel Arroyo desde su hogar
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 9 años.