Entonces era una niña, pero recuerdo aquel hombre de ojos azulísimos y pelo negrísimo que se asomó al balcón a saludar. Corría maratones, jugaba tenis y kayakeaba con soltura de atleta y seguridad de doctor.
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Macarena
Ese hombre se convirtió en gobernador, mandó a construir un tren y un coliseo que nos llenó la vista y lideró el gobierno más corrupto -al menos en número de arrestos- en la historia de nuestro país.