Puerto Rico se ha visto inmerso en una costumbre de exonerar a los políticos y sus terribles acciones y toca rectificar esa conducta, dice el doctor en estudios mediáticos, Raúl J. Feliciano.
Puerto Rico se ha visto inmerso en una costumbre de exonerar a los políticos y sus terribles acciones y toca rectificar esa conducta, dice el doctor en estudios mediáticos, Raúl J. Feliciano.
Hoy me levanto nostálgico pensando en aquellas grandes batallas que hemos ganado como pueblo. Como cuando votamos por la unicameralidad, los legisladores se sentaron sobre el resultado y nosotros nos tiramos a las calles a obligarlos a que implantaran lo que habíamos pedido. O cuando salió a relucir el fraude eleccionario en Guaynabo y fuimos hasta las puertas de la alcaldía a obligar a O’Neill a salir de allí.
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