Los opositores y otros sectores consideran que el triunfo constituye una peligrosa afirmación mesiánica, escribe Héctor Ríos Maury
Los opositores y otros sectores consideran que el triunfo constituye una peligrosa afirmación mesiánica, escribe Héctor Ríos Maury
Nayib Bukele acaba de arrasar en las elecciones de El Salvador con una impresionante mayoría que supera 80% de los votos. Su candidatura de reelección se fundamentó en una controvertida determinación del Tribunal Supremo ante el argumento oficialista de que una interrupción del desempeño presidencial, ocurrida al menos seis meses antes de agotar su primer mandato, por renuncia, o por una licencia, cómo la que obtuvo de parte del Parlamento, le haría cumplir el requisito de discontinuidad para aspirar a un segundo término que culminará en 2029.
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