Este año casi la mitad del planeta participará en procesos electorales. La buena noticia es que la democracia sobrevive pese al empeño por someterla a pruebas tan rudas como la polarización, los nacionalismos, la demagogia y la xenofobia. Todo esto amplificado por economías que aún no logran levantarse de la pandemia y los efectos colaterales de las guerras que lamentablemente no terminan de alcanzar anhelados armisticios.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Elecciones: hora de repensar estrategias