Los animales son una gran compañía para los seres humanos. Comprobado científicamente, las mascotas traen alegría a cada hogar y cambian las energías de un lugar.

Así fue que profesionales de la Universidad Konkuk, ubicada en Corea del Sur, decidieron dar un paso más adelante y elaboraron un estudio para conocer cómo es la reacción de una persona con un perro a su alrededor y los resultados fueron publicados en el sitio web de Plos One, una página dedicada íntegramente a este tipo de investigaciones.

Con la intención de medir las “respuestas psicofisiológicas y emocionales” de los humanos en contacto o asistencia con animales, el estudio incluyó a “30 humanos sanos, entre ellos 15 hombres y 15 mujeres” de una edad promedio de 29 años que realizaron ocho actividades diferentes con un perro durante 3 minutos.

Dichas interacciones con el can incluían: reunirse, jugar, alimentar, masajear, arreglarse, fotografiar, abrazar y caminar. Una vez examinados los comportamientos de la persona y cómo lograba entablar una química con el animal, los profesionales empezaron a anotar sus conclusiones del feedback entre ambos y qué puntos a favor, y en contra, veían del encuentro.

Al estar incluida la neurociencia, las personas debieron utilizar un equipo especial que medía las ondas cerebrales en los lóbulos prefrontal, frontal, parietal y occipital. A partir de ello, determinaron que el “estado de relajación y reposo del cerebro aumentaba significativamente al jugar y pasear a un perro”.

Otro dato de suma importancia, que suele ser una costumbre en una relación cercana entre el humano y el animal, es que al acariciar al perro, sacarlo a pasear y jugar con ellos nuestra concentración aumenta y el estrés se reduce considerablemente al abstraerse de otras situaciones cotidianas.

“Este estudio demostró que actividades específicas del perro podrían activar una mayor relajación, estabilidad emocional, atención, concentración y creatividad al facilitar una mayor actividad cerebral. Además, las interacciones con perros podrían disminuir el estrés e inducir respuestas emocionales positivas”, indicaron los profesionales que intervinieron en esta investigación y dieron un pantallazo más profundo de lo que genera afianzar el vínculo con nuestras mascotas.

A la hora de seleccionar el animal, los científicos escogieron a una hembra de caniche de cuatro años y argumentaron su decisión: “El perro estaba preparado para este tipo de trabajo, tenía una personalidad compatible y estaba completamente entrenado en obediencia básica, modales, agresividad y sociabilidad”.

Tras concluir este estudio con resultados favorables, la ciencia dio un nuevo paso y marcó la importancia de tener una mascota en un departamento, casa o en algún espacio en común donde el perro o el gato (los dos animales que más son domesticados) puedan desarrollarse desde bebés hasta su periodo como adulto.

Por otra parte, se deberán tener en cuenta varios ítems para el cuidado de dicho animal, como son sus primeras vacunas, el proceso de desparasitación y un alimento de buena calidad para que el crecimiento del perro o el gato sea fructífero y no atraviesa ninguna enfermedad que lo pueda perjudicar y así lo manifieste con su lenguaje corporal, un mundo aparte que esconde varios secretos.