Nada de lo que hoy conocemos acerca de la clave genética y su aplicación al entendimiento del cáncer, sería posible sin las contribuciones científicas de un individuo concebido en Puerto Rico y nacido en Asturias en 1905, una de las figuras vitales para la ciencia médica: Severo Ochoa de Albornoz. Sus progenitores vivían en Puerto Rico, donde su padre, también de nombre Severo Ochoa, fue Presidente de la Junta de Directores del Hospital Auxilio Mutuo de 1903 a 1906, y propietario original del todavía existente Edificio Ochoa, cerca de los muelles en el Viejo San Juan. Este es uno de los pocos recuerdos que nos queda de este exitoso hombre de negocios. La madre de Severo Ochoa de Albornoz, Carmen de Albornoz, quedó encinta viviendo en Puerto Rico. Decide regresar a España y en Asturias, en el pueblo de Luarca, dio a luz a un futuro Premio Nobel de Medicina. Siempre me he planteado cual hubiese sido el destino de Severo si hubiese nacido y se hubiese criado en Puerto Rico.
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Un "puertorriqueño" llamado Severo Ochoa