El público que asista al concierto “Obras maestras”, del cantante de flamenco español de etnia gitana y nacionalidad dominicana desde 2014, Diego El Cigala, disfrutará una versión del natural de Madrid que pocos conocen. En una entrevista con este diario, donde se mostró feliz de estar en “Puertorro”, el exponente aprovechó para detallar qué cosas disfruta cuando visita la Isla del Encanto.

“Ya he venido tres veces con esta (a Puerto Rico). (Lo más que disfruto es) su gente. La gente es bien chévere, bien hospitalaria, se respira vida, aquí la vida es salsa”, comentó quien publicó su primer disco en solitario, “Undebel”, en el 1997.

Por el hecho de que se trata de una tierra especial en su trayectoria, el cantautor de 55 años adelantó que ofrecerá un espectáculo único. “Obras maestras”, nombre del “show”, tendrá lugar el sábado, 20 de abril, en el Coca-Cola Music Hall, en San Juan.

Para el madrileño, no hay nada más importante en la industria musical como darle un “sello propio” a cada proyecto. De esta manera, aseguró, la audiencia podrá identificar al artista sin importar el lugar donde se encuentre.

Lo anterior, Diego Ramón Jiménez Salazar, nombre de pila del padre de dos hijos, pudo confirmarlo en las distintas paradas de su gira de conciertos a través de los Estados Unidos, España y Latinoamérica.

“Ha sido magnífico, porque en Estados Unidos, por ejemplo, sin tener el mismo idioma, aunque hay mucha comunidad latina en Estados Unidos, se emocionan. Se les ve la cara, se les ve la emoción de cómo se lo gozan, ¿no? Yo creo que palpan la música. Y eso, para mí, es impagable”, aseguró.

Para su presentación en el Coca-Cola Music Hall Diego el Cigala necesita una guitarra, un piano, un contrabajo y una percusión. Sin embargo, su mayor deseo es la compañía de un artista boricua cuya identidad es “sorpresa”.

“Quisiera, si no tiene compromiso en su agenda, contar con alguien de aquí de la isla que yo lo quiero muchísimo. Y espero, Dios mediante, poder tener unas palabras con él y que se encuentre disponible. La gente va a gozar”, prometió.

A través de su carrera, el exponente se ha caracterizado por crear puentes entre el flamenco con otros géneros musicales. El camino, el intérprete de “Moreno soy” no lo describió ni fácil ni complicado.

“Yo, por ejemplo, desde la incursión que tuve con ‘Lágrimas negras’, se me abrieron un sinfín de caminos, porque yo jamás había cantado a piano. Yo venía de una guitarra, y (esta producción) me llevó al piano, me abrió ese campo musical para el día de hoy”, expuso.

Diego el Cigala, además, agradeció la influencia boricua en su trayectoria de más de 25 años. Estas contribuciones el músico las describió como “fundamentales”.

“El boricua se caracteriza por eso. Esa sangre caliente que tienen, esa rítmica, cómo lo entienden, cómo lo disfrutan, cómo disfrutan con la música de España. Me gusta mucho Bobby Valentín, Roberto Roena, Perico Ortiz, la gente de la Fania. Gente como Ismael Miranda, Cheo Feliciano, El Gran Combo de Puerto Rico, la lista es innumerable”, apuntó.

En el 2010, personalidades del cine, la televisión y la música como Álex de la Iglesia, Emilio Gutiérrez Caba y Pablo Motos aparecieron en la versión para España de “Toy Story 3″. Diego El Cigala fue otro de ellos.

Después de revelarse que “Buzz Lighyear” tendría un trance flamenco en la tercera parte de las aventuras que inauguraron la animación digital, el intérprete supuso la mejor alternativa como el encargado de poner la versión calé de este héroe de Disney.

“Mira, lo que más me gustó de eso, fue ponerle voz hasta el infinito. Yo cogí a con mi niño chiquitito, Rafael, y lo llevé al cine, al estreno. Y yo quería pasar desapercibido, y de momento sale la voz mía. ‘Hasta el infinito y más allá'. ‘Pero así es la voz de mi padre’, dice Rafael. Y toda la sala empezó a mirar”, contó entre risas a este diario.

El cantante flamenco concluyó su conversación con este diario ilusionado y con expectativas muy grandes sobre lo que sucederá la noche del 20 de abril.

“Quiero que todo mi querido boricua, mi querido Puerto Rico, se llene de superemociones. Que, al finalizar, la gente salga bailando por allí, cantando las canciones y disfrutando. Y, sobre todo, llenos de esa buena vibra que siempre Puerto Rico me ha dado. Cada vez que he venido aquí ha sido una gozada”, estableció.