Líderes comunitarios de Loíza aprovecharon este viernes la celebración de la Segunda Cumbre de Erosión Costera para exponer ante expertos, no solo sus preocupaciones por los efectos del cambio climático, sino también para exigir soluciones –a corto y largo plazo– que no comprometan los ya limitados recursos naturales.

En el evento, convocado por el Municipio de Loíza y que tuvo lugar en el Centro Corecamar, los líderes reclamaron, además, que se les tome en cuenta al definir las soluciones.

“La preocupación es que tenemos una erosión costera progresiva. Loíza está tercero o cuarto con la erosión costera más alta. Entonces, veo que todas las soluciones son establecer rompeolas con piedras. Pero hay otras alternativas”, expresó Wilfredo Fuentes, líder de los sectores El Ceiba, Villa Batata y Las Carreras.

Compartió que, en Culebra, por ejemplo, se hizo un sistema de rompeolas de piedras que, a su vez, incorpora la vegetación. Sugirió que podría replicarse en Loíza.

“Funcionó, y no se ve el sistema feo, porque la misma vegetación cubre la piedra y se ve bonito. Tenemos 23 millas de costa en Loíza, pero ya están prácticamente todas llenas de piedra, porque no hay orilla ya. Tenemos unas playas hermosas, pero las están dañando con piedras”, sostuvo Fuentes, quien trabaja con la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla en el proyecto Vida Marina para la restauración de dunas (montículos de arena).

Aunque reconoció la preocupación de la comunidad por preservar sus propiedades en la costa, señaló que los esfuerzos deben dirigirse también a salvar las playas y que estén saludables.

Por su parte, Edith Verdejo, líder comunitaria y residente en la urbanización Vistas del Océano, catalogó como “una lucha” la búsqueda de una vía alterna para desalojos durante emergencias vinculadas al cambio climático, como huracanes o inundaciones.

La alcaldesa de Loíza, Julia Nazario Fuentes, pidió a las comunidades que vayan preparándose para participar en la próxima cumbre, porque “la única forma que tienen los municipios pobres es levantando la voz”. “Tenemos que seguir haciéndolo hasta que se nos escuche”, insistió.

En representación del gobierno, estuvieron el abogado Félix Rivera Torres, de la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe), y la planificadora Vanessa Marrero Santiago, del Programa de Manejo de la Zona Costanera del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

“Tenemos que crear conciencia, en todas las comunidades, de la necesidad que tenemos de tomar medidas para que los permisos se hagan bien y para tener construcciones que puedan aguantar este cambio climático”, señaló Rivera Torres, quien dijo que se llevaba “varias asignaciones” de la cumbre, entre las cuales destacó cómo actualizar los códigos de construcción considerando el cambio climático.

El DRNA emitió expresiones escritas, en las que reiteró su deber ministerial con la conservación ambiental y la sostenibilidad.

La Segunda Cumbre de Erosión Costera contó también con la participación de panelistas, como la meteoróloga Ada Monzón y el doctor Robert Mayer, quien trabaja en las costas loiceñas varios proyectos científicos de restauración de dunas.