En un teatro de la ciudad de Miami, ayer el presidente Donald Trump sustituyó la política de cambio en las relaciones con Cuba, que empezó a cuajar en 2014, cuando se dieron los primeros diálogos entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro -que culminaron con la reanudación de relaciones diplomáticas- por una directiva que limita los viajes individuales de los ciudadanos estadounidenses y siembra de obstáculos el camino para hacer negocios.
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El retroceso con Cuba es una política fallida
Nota de archivo
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