El vacío en una galleta de la fortuna inspira esta reflexión en la que Ileán Pérez Cruz plantea que el ser humano está acostumbrado a la distracción y habituado a contar con respuestas constantes a la mano
El vacío en una galleta de la fortuna inspira esta reflexión en la que Ileán Pérez Cruz plantea que el ser humano está acostumbrado a la distracción y habituado a contar con respuestas constantes a la mano
La semana pasada comí tarde en uno de mis sitios chinos preferidos porque la cuenta incluye galletita de la fortuna. El rito de abrir el paquete, y morder el pedazo de suerte, me llena de ilusión ñoña. Me permite ausentarme de la realidad desde que lo atisbo en la bandeja de la mesera hasta romperlo para hacerme cómplice del destino.
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