Nunca mi cabeza infestada de experiencia deportiva pudo concebir que hoy estaría escribiendo acerca de Israel, país con menos de mil practicantes de béisbol, pero con un team que se mantenía invicto en el Clásico Mundial, donde debuta, con cuatro victorias, tocándole a Cuba ser su víctima en el domingo asiático, 4-1, en la segunda ronda junto a Japón y Holanda.