El sociólogo Emilio Pantojas argumenta sobre la pretensión de convertir “la cosa pública” en patrimonio personal y familiar mediante las designaciones “de dedo” en la dirección de los gobiernos municipales
El sociólogo Emilio Pantojas argumenta sobre la pretensión de convertir “la cosa pública” en patrimonio personal y familiar mediante las designaciones “de dedo” en la dirección de los gobiernos municipales
Los mexicanos le llaman el dedazo a la tradición del Partido Revolucionario Institucional (PRI), según la cual presidente saliente designa “a dedo” a su sucesor. Esto fue así desde la fundación del PRI hasta la elección de Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), en 2000. El dedazo se iniciaba en la presidencia, pero se extendía a otros puestos, convirtiéndose en parte de la cultura política populista y patrimonialista del PRI. Ni México ni el PRI son únicos en este tipo de práctica. Los partidos políticos latinoamericanos tienen una larga historia de caudillos que dictaban a dedo la sucesión de funcionarios electos a todos los niveles.
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