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A sus 63 años, ella es toda risa. La pasión que siente Luz “Elly” Díaz por vivir se desborda en todo lo que toca. Y su mejor amiga no es la excepción.
Nery, una perrita pitbull, cautivó su corazón cuando era una cachorrita. Hoy, Nery es su acompañante mientras cocina, durante sus “jangueos” al bailar y chinchorrear, y hasta para “salvarle la vida” en los momentos en que la salud está en juego.
“Los animales son otra cosa. Evolucionan y actúan de acuerdo a lo que reciben. Si les das cariño y calidad de vida, eso es lo que te van a dar”, explica Elly.
Natural del barrio Hato Nuevo en Gurabo, Elly contagia a todos en el vecindario con su entusiasmo y actitud hacia la vida. Los días de su semana se hilan entre fiesta y baile. Sola o acompañada, Elly se pone los tenis y se lanza a la pista sin pensarlo.
La música refresca el alma, dicen. Ella lo afirma.
“Yo me pinto el pico, me pongo mis cortos y mis tenis, me hago mi maranta y salgo a divertirme. Bailo y monto a caballo; me encanta chinchorrear. Haciendo lo que hago me siento feliz”, narra Elly sobre sus andanzas.
“Nunca es tarde, si la dicha es buena”
Elly tiene claro que el popular refrán encierra su verdad. Con el paso del tiempo, la vida le regaló otro momento pleno que se ha reproducido al por mayor. De admirar los medios de comunicación como espectadora, pasó a protagonizar comerciales. ¡El barrio entero la ve en la televisión y la llama para contárselo!
“Estoy en una etapa de mi vida que me hace muy feliz. Siempre me ha gustado la televisión y la actuación. Ahora estoy haciendo lo que de verdad me gusta”, expresa la actriz.
Tanto le ha gustado que realiza transmisiones en directo a través de Facebook junto a su amada Nery. Estas experiencias, sostiene, han confirmado su filosofía de vida. “Hay que luchar por las metas, crecer, viajar, conocer gente, experimentar nuevas cosas. "En la cama tú no me verás”, dice entre risas.
No hay dolor que aguante esta alegría
Su estilo de vida divertido y alegre responde a su constante interés por vivir plenamente, “como si fuera el último día”. Las condiciones de salud pueden ser un reto constante, pero ha prevalecido la fuerza para luchar contra ellas.
"He podido estar en paz al saber que cuento con un plan médico que me ayuda. El servicio de la gente en MCS Classicare es tremendo”, detalla.
Ante la fugacidad de la vida, Elly destaca la alegría, el espíritu luchador y la esperanza de alcanzar sus sueños sin temor al tiempo ni a la edad. Su prioridad radica en continuar sonriendo ante la adversidad y demostrando valentía ante lo desconocido.
“Hay que vivir la vida; hay que disfrutarla porque solo tenemos una”, afirma.“Tan pronto se apaga, no nos queda nada. Hayque vivir a plenitud”.
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