Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media Brandstudio para Colgate
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17 de mayo de 2025
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La posibilidad de comer o beber cualquier alimento sin que sientas un “corrientazo” en los dientes es un privilegio que muchas personas quizás no valoran.
De manera inconsciente, Kristal Hernández Mercado redujo su costumbre de consumir bebidas frías y hasta dejó “de ver atractivas las piraguas” por el impacto que provocaban al tener contacto con su dentadura.
“Cuando vi que no podía comer mantecado y que me causaba un dolor indescriptible en los dientes, ahí ya tuve que visitar a mi dentista”, detalló la artista y creativa comercial.
Padecer de sensibilidad dental es mucho más común de lo que se cree. De hecho, las últimas estadísticas afirman que uno de cada cuatro adultos en los Estados Unidos sufre de este problema en su dentadura.
Este dolor proviene de un desgaste del diente o de alguna retracción de tejido. La poca o ninguna cubierta de esmalte en la dentadura hace que queden demasiado expuestos a bebidas o alimentos muy fríos o calientes.
“El café me lo bebo con sorbeto”
Para Kristal, la posibilidad de tomar café existe si viene acompañado por un sorbeto que la ayude a disminuir el impacto de la popular bebida en su dentadura. Aunque parezca raro para algunos, es la única manera en que puede darse el gustito mañanero que tantos adoran.
“Mucha gente lo ve fuera de lo normal, pero es que es la única manera en que puedo hacerlo”, dijo. El efecto de las bebidas calientes en sus dientes lo describe como fuerte y difícil.
Adiós al hielo
Las bebidas suelen ser mucho más refrescantes con hielo. Sin embargo, para Kristal, pueden convertirse en un dolor de cabeza que odia experimentar. Por tal razón, masticar un hielo por accidente o comer una piragua no son opciones para ella.
“No recuerdo cuándo fue la última vez que me comí una piragua”, comentó.
Nada de bebidas frozen
Si cuesta trabajo lidiar con el hielo, más con el efecto frozen en la dentadura. De esta manera, smoothies, margaritas y todo tipo de bebidas congeladas no son las más favorables para Kristal. “Se siente como si te comieras un pedazo de aluminio y lo masticaras bien fuerte”, explicó.
En este caso, prefiere enfriar las bebidas con hielo y tener la precaución de no morder ni un solo bloque.
El mantecado, su mayor preocupación
El mantecado es quizás uno de los alimentos favoritos de Kristal. Sin embargo, la sensibilidad dental le impide comerlo con la misma libertad de antes.
Para poder saborear una rica barquilla con mantecado, recurre a una rutina de lavarse “los dientes justo antes y después para que la pasta me proteja del impacto”, detalló.
Intolerable al consumo de ácidos
Aunque Kristal también es fanática de las frutas, algunas de ellas, como la naranja o el limón, le provocan una sensación extraña al comerlas. “Es como si los dientes me hablaran y me dejaran saber que no tienen la protección adecuada para comer ese alimento”, narró.
Entre las curiosas maneras que Kristal emplea para lidiar con la sensibilidad dental, se encuentra el consumir mantecado con cuchara de plástico, evitando así que el frío impacte sus dientes. También recurre al uso de sorbetos para que las bebidas tanto frías como calientes tengan un canal por donde pasar sin tocar su dentadura.
Cuando Kristal visitó a su dentista, este le dio una sencilla solución a su odisea: utilizar productos diseñados para la sensibilidad dental —como la pasta dental Colgate Sensitive— que se enfoquen en disminuir el impacto de los alimentos fríos y calientes en los dientes. Cambiar de pasta dental fue la solución para que pudiera disfrutar del cremoso mantecado que tanto le gusta.
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