:format(jpeg):focal(194x301:204x291)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gfrmedia/2YYZB23IGNFE3HECIDAOM7D2WQ.png)
Nota del editor: la historia contiene una imagen de un tiburón recién capturado, que puede herir la sensibilidad de algunas personas.
Gracias a un “momento fortuito”, la bióloga marina Michelle Schärer Umpierre y la estudiante doctoral Glorimar Franqui Rivera confirmaron el primer avistamiento del tiburón nocturno en Puerto Rico, logrando, a su vez, el primer registro científico de la especie en aguas alrededor de la isla.
En palabras de Schärer Umpierre, el avistamiento –reportado el 23 de agosto de 2019 en el Pasaje de la Mona y publicado el 19 de diciembre de 2022 en la Revista de la Asociación de Biología Marina del Reino Unido– es un paso hacia delante en ruta a identificar la biodiversidad marina en aguas locales, de la cual todavía se desconoce mucho.
La investigadora, quien es parte del grupo de consultoría ambiental HJR Reefscaping, añadió que la identificación del tiburón nocturno, conocido como Carcharhinus signatus por su nombre científico, también ayuda a conservarlo globalmente, como parte de las evaluaciones de riesgo de especies bajo la Lista Roja que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en inglés) prepara para conocer si las poblaciones de diferentes animales van en descenso o aumento.
“Creo que esa es la mayor validez que el estudio les da a los que están encargados de determinar si esas especies están extintas o no”, opinó.
Añadió que, “para todos los tiburones que hay en nuestras aguas, que muchos todavía no han sido reportados”, registrarlos facilitaría que, cuando la IUCN realice sus evaluaciones, se sepa qué aguas frecuentan y, por tanto, de cuál grupo poblacional son.
¿Cómo se dio?
Schärer Umpierre expuso que los esfuerzos de concienciación a los pescadores sobre los diferentes tipos de tiburones que existen han sido positivos, pues “gracias a estas colaboraciones, es que hemos empezado a poner en el mapa” al animal.
De hecho, fue así como pudieron confirmar al tiburón nocturno en la zona de pesca conocida como La Rondana, en el Pasaje de la Mona.
Tras establecer relación con múltiples pescadores en otros proyectos y crear conciencia sobre los diferentes tiburones que existen, un grupo se comunicó con ella tras, incidentalmente, capturar a la especie, que era una hembra.
De inmediato, notaron que era diferente a lo que anteriormente habían visto. Era un tiburón con un hocico puntiagudo, aletas grandes y amplias, y ojos color “verde profundo”.
Por tanto, le tomaron fotos antes de devolverlo al agua, y guardaron un pedacito de carne para que Schärer Umpierre pudiera analizarlo genéticamente, como también hizo Franqui Rivera, quien es coautora del artículo publicado en diciembre pasado.
“Les da a ellos una indicación de que es algo diferente, pero, para ellos, no tener el conocimiento de todas las especies, pues pasó, como quien dice, desapercibido”, expresó la investigadora.
:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gfrmedia/LALBMXSIOBBVTKE7PF5E5LJU2E.png)
Enfrenta amenazas
Precisamente, Schärer Umpierre alertó que la mayor amenaza que el tiburón nocturno enfrenta actualmente es el desconocimiento sobre su existencia, al igual que pasa con otras especies, las cuales quedan atrapadas en redes de pesca.
Indicó que el escenario puede ser aún más complicado, ya que algunos tiburones están en la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción, e incluso protegidos por leyes federales.
Otras amenazas incluyen la pesca por sus aletas y carne para consumo humano.
Schärer Umpierre exhortó a que se actualice el Reglamento de Pesca de Puerto Rico, que, a su juicio, no toma en consideración la diversidad de tiburones y rayas alrededor del país que se conocen, ni la necesidad de recuperar o conservar alguna especie en particular.
Similarmente, exigió que se desarrolle política pública y manejo pesquero, que tome en consideración los datos científicos recopilados, pues “no solo es una cuestión de pesca, sino de vida silvestre” y su protección ante amenazas.
“Entonces, es importante para Puerto Rico saber que somos custodios de esas especies en nuestras aguas, y deberíamos tener unas políticas públicas para reconocer y ayudar en la conservación de esas especies, que actualmente la única especie protegida es el (tiburón) gata en las aguas de Puerto Rico”, mencionó.
Tras el avistamiento y su publicación, reiteró: “Es un paso positivo cada vez que uno puede científicamente evidenciar algo que nadie más había hecho antes”.
La egresada del doctorado en Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico realiza ahora una investigación sobre los tiburones gata, también conocidos como tiburones nodriza, para tener una idea de cuántos hay en los arrecifes locales.