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El volcán Llullaillaco, en la frontera entre el altiplano de Antofagasta y la provincia argentina de Salta, es el segundo volcán activo más alto del mundo y también uno de los lugares más secos del planeta. Además, en su cumbre se han encontrado tres momias de niños incas. A todos estos hitos ahora se suma que es el hábitat del mamífero que vive a mayor altura en todo el planeta, según lo acaba de confirmar una expedición de la Universidad Austral.
Durante la década pasada unos andinistas que habían subido el volcán registraron en vídeo la presencia de un ratón en la cumbre, a 6,739 metros (22,109 pies) de altitud, lo que resultó muy llamativo. El problema era que solo con la imagen era difícil saber de qué especie se trataba, ya que todos los roedores son muy parecidos en la forma.
Tampoco estaba claro si había una población residente o si solo fue un hallazgo fortuito.
Para salir de dudas, investigadores de la U. Austral decidieron hacer una expedición al lugar, logrando capturar un ejemplar en la misma cumbre. Tras los análisis de ADN mitocondrial, se confirmó que se trataba de un pequeño roedor conocido como ratón orejudo amarillento (Phyllotis xanthopygus rupestris).
Este mide alrededor de 13 centímetros y se reconoce por sus grandes orejas y vientre color gris.
El animal vive en el este de Chile y Perú, y en el oeste de Bolivia y Argentina, pero hasta este hallazgo solo se relacionaba con alturas no superiores a 5,600 metros (18,372 pies) sobre el nivel del mar. En un principio se pensó que podía tratarse de una nueva especie, pero los análisis genéticos lo aclararon.
"Subimos hasta la cumbre y logramos varios ejemplares, incluyendo el que estaba más alto", cuenta el biólogo Guillermo D'Elía, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la UACh, quien lideró la expedición.
Nada equivalente
"No solo es el registro más alto para roedores, sino para todos los mamíferos del mundo. Ni los yaks del Himalaya han sido registrados a la misma altitud", destaca el especialista.
"Es un récord. No hay nada equivalente, salvo los andinistas que suben al Aconcagua o al Everest, pero ellos lo hacen por diversión, no viven permanentemente a esa altura", asegura.
Aunque es difícil determinar su población, luego de la campaña, la sensación de D'Elía es que viven a lo largo de todo el volcán. "Seguramente en la cumbre no hay muchos más, pero sí en las laderas y en las otras elevaciones del entorno, como los volcanes Socompa y Láscar.
No hay zorros ni lechuzas que se los coman, así que no enfrentan mayor amenaza de depredadores.
Uno de los grandes desafíos es saber cómo se las arregla este animal para vivir a esa altura, para lo cual esperan hacer análisis comparativos a nivel molecular de estos roedores con los que viven en zonas más bajas.
Más sorpresas
Este hallazgo de alguna forma es un indicio de que todavía nos falta mucho por conocer de la naturaleza, dice el biólogo de la UACh, Guillermo D'Elía.
"La mayor parte de la biodiversidad es muy pequeña y no ha sido lo suficientemente estudiada, incluyendo grupos como los mamíferos", dice. Para el especialista, es necesario seguir saliendo terreno. "Lo más seguro es que nos esperan muchas sorpresas, la experiencia lo demuestra", concluye.