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San Germán - Fuego, sangre, terror y muerte. En los tempranos días de las Lomas de Santa Marta, el bronce grueso de la campana maldita lo ha visto todo. Huracanes, piratas, indios y corsarios. Ingleses y franceses, españoles y africanos. Por siglos, su repique llamó a los fieles hasta las puertas de Porta Coeli para escuchar palabras de salvación, pero su sonido poderoso también sedujo a oídos más siniestros hasta las costas del pueblo.