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Se acerca la época de la Navidad y comenzamos a buscar detalles diferentes para agradar a nuestros seres queridos. Pero cuando se adquiere un regalo y sus recaudos aportan a una causa meritoria, el sentimiento es muy gratificante.
Con eso en mente, puedes comprar los nuevos conjuntos de portavasos de la campaña “Comparte tu Corazón” de la Universidad del Sagrado Corazón (Sagrado) y, de esa forma, contribuyes a su fondo para apoyo a estudiantes, propone un comunicado de prensa de la institución educativa.
Con tu aportación, señala la información, provees a los estudiantes ayuda económica en situaciones de emergencia, becas complementarias a través del Programa de Becas, apoyo para participar de experiencias estudiantiles internacionales y almuerzos calientes gratuitos en el comedor solidario CoMesa, para que universitarios reciban una alimentación adecuada.
“Debido al éxito de la primera edición de los portavasos el año pasado, agregamos ocho nuevos diseños en dos conjuntos, manteniendo el simbolismo de detalles históricos de nuestra Universidad,” menciona en el comunicado la Lcda. Sara E. Tolosa, vicepresidenta de Desarrollo y Relaciones Universitarias.
Tolosa también destacó que los nuevos portavasos siguen el patrón de destacar las losas de los pisos de los edificios San José, del College, hoy edificio San Miguel y del Antiguo Pensionado del Colegio de las Madres, hoy Edificio Sagrado Corazón, declarado monumento histórico en 1983.
Los portavasos “Comparte tu Corazón” se pueden adquirir llamando al 787-728-1515 extensiones 5445, 5450, por internet en compartetucorazon.sagrado.edu/portavasos, o enviando un correo electrónico a desarrollo@sagrado.edu.
Valor artístico, histórico y arquitectónico
Según el comunicado, los portavasos de “Comparte tu Corazón” están basados en las losas de Sagrado y están manufacturados en goma duradera con un diseño tridimensional. La inspiración de los portavasos son los pisos traídos desde Bélgica por el arquitecto e ingeniero José Antonio Canals Vilaró en 1906.
“Estos pisos luego se fueron remodelando y agregando a áreas en los edificios con las losas hidráulicas que se fabricaron en Puerto Rico en las décadas de 1920 y 1930, de base de cemento con superficie glaseada y que se catalogan como industria artesanal. Tanto la losa belga como la nativa se instalaron formando tapices en el suelo con una cenefa alrededor y se variaban de un aposento a otro para darles individualidad y realce. “Te invitamos a compartir tu corazón por una buena causa, haciendo la diferencia en la vida de nuestros jóvenes”, concluye la licenciada Tolosa.