Los sueños de la pequeña “Bela” son impulsadores y entes de cambio para que en los hogares de las familias puertorriqueñas nunca falten alimentos frescos en sus mesas.

Bela, que podría ser cualquier niña puertorriqueña, tiene cinco sueños y uno de ellos dejó de ser un anhelo al comenzar a sembrar en el patio de su casa para crear su primera cosecha, directa de la finca a la mesa. De esta forma da vida a su primer mercado agrícola.

Desde esa primera acción de sembrar y cosechar en vías de crear conciencia sobre la seguridad alimentaria en Puerto Rico, se inspiró la comunicadora y doctora en salud pública Beatriz Quiñones Vallejo para escribir y lanzar el libro “Los cinco sueños de Bela, primer sueño: Mi mercado”, su primera publicación de cuentos infantiles.

El personaje de Bela, inspirado en su hija Isabella, es el que da paso a un fascinante cuento que busca que cualquier familia en la isla pueda comenzar a crear su propio huerto casero para enfrentar el problema de inseguridad alimentaria y nutricional, que no es otra cosa que la falta de acceso a suficientes alimentos nutritivos para la salud y el bienestar, que provoca a su vez la hambruna.

Ante esta preocupación fue que se atrevió adentrarse al mundo de las letras infantiles y crear el primero de una serie de libros que espera lanzar en vías de despertar conciencia en la niñez sobre la carencia de alimentos, la entrega de ayudas con comidas no saludables y nutricionales y qué hacer ante una escasez y crisis alimentaria.

“La mitad de mi vida la he dedicado al trabajo en alfabetización en salud y manejo de emergencias, por lo que he estado expuesta al problema de seguridad alimentaria en la isla, quizás la gente no lo observa tan de cerca, pero es una realidad en nuestro país. Esto es un problema que empeoró con el huracán María, que llegaba lo que hubiera y no necesariamente estaba adecuado para nuestra alimentación. Aquí exportamos el 85% de los alimentos y con las emergencias es peor. Después de María, vinieron los terremotos, luego COVID-19 y los índices de pobreza en Puerto Rico son altos. Aquí hay hambre”, explicó la escritora en referencia a la preocupación que la alertó para comenzar a escribir un libro infantil que aporte cambios en las nuevas generaciones para que puedan enfrentar futuras emergencias de salud pública.

“Si nosotros como parte de nuestra cultura en nuestros hogares vamos alimentando y fomentando lo bonito, lo divertido que es sembrar, ver crecer y cultivar en nuestros hogares lo que nos vamos a comer a través de las acciones de los niños que son los que realmente pueden cambiar el rumbo que llevamos. No puedo ir con una cantaleta a un adulto sobre el problema, pero sí creo fielmente en que si le enseñamos a los niños cómo la siembra y la cosecha pueden ayudarnos en la seguridad alimentaria, la nutrición y en la preparación para manejo de una emergencia entonces estamos provocando una conciencia real en el país”, añadió Quiñones Vallejo.

En el libro dirigido a estudiantes de escuela elemental, la protagonista Bela, junto a su amiga enseña a los lectores a cómo mediante la siembra en su patio crean un supermercado donde eligen las frutas y vegetales frescos para consumir. De igual forma, los personajes presentan el concepto del reciclaje, de cómo hacer compostas y el respeto a la tierra y el amor en la naturaleza.

Para la comunicadora escribir el libro no fue un proceso complicado, ya que fue en medio de una siembra con su niña que llegó la musa para comenzar a narrar la historia que le presentó al Departamento de Educación para que sea considerado en las escuelas del país a nivel de preescolar hasta grados primarios.

“He visto como a mi hija le gusta sembrar, cultivar y lo hacemos como un ejercicio. He visto como ella le fue cogiendo amor. Al ver a Isabella haciéndolo y ver que le encanta y que es divertido. La tierra le ha dado a ella la experiencia del ‘grounding’, de ver crecer lo que sembramos. Los niños son los agentes de cambio de un hogar, de una comunidad, de una sociedad y ahí fue que dije no hablarle a un adulto de seguridad alimentaria si esto hay que fomentarlo desde pequeño. Con Isabella hay algunos alimentos que no llegan a la cocina porque se los come del mismo patio. Si yo hago eso que cuando voy a cocinar sacó todas las semillas, las secó, hago composta, vuelvo y siembro, hago reciclaje… todo el mundo lo puede hacer hasta en una esquinita en un apartamento. Además, el vínculo que hemos creado ella y yo es maravilloso, que mejor que otros padres y madres lo experimenten” mencionó la doctora en que no hay que tener extensiones de terrenos y fincas para comenzar a sembrar.

De hecho, la comunicadora comenzó a sembrar en el 2010 durante un proyecto comunitario que tuvo que recoger gomas ante la cantidad de criaderos de mosquitos y lo hizo en el apartamento que vivía en ese momento. Luego se mudó a una residencia que tiene patio y allí comenzó a sembrar y una vez nació su niña, la menor también se enamoró de la tierra.

“Isabella sabe lo que es la seguridad alimentaria y es parte de dar a conocer el mensaje a otros niños. El libro es un viaje a los sentidos, todo lo que sembramos en Puerto Rico tiene verde, amarillo, rojo, anaranjado y ese viaje del personaje de Bela es crear este supermercado donde está su perro y su amiga. También se trabaja el valor de la amistad, el valor a la tierra y a donde vivimos. El libro tiene muchos sonidos y hace poco una mamá de un niño autista me expresó que a su hijo le encanta la parte de las abejas por el sonido”, narró Quiñones Vallejo, en referencia el libro que lanzó en el 2023, pero que hace un mes salió una nueva tirada de ejemplares.

La escritora, además, si le hacen el acercamiento, coordina lecturas virtuales para leerle el libro junto con su hija a quienes adquieren el ejemplar infantil.

El libro “Los cinco sueños de Bela: mi primer mercado” está disponible en las librerías de la isla y en las plataformas digitales de venta de libros.