El manejo responsable de los residuos es para Puerto Rico, además de una prioridad en materia ambiental, un desafío de salud pública que, a su vez, tiene un alto potencial de desarrollo económico para el país. Las consecuencias de no atender este asunto con la celeridad que amerita las viven hoy comunidades establecidas junto a terrenos utilizados como vertederos que han crecido sin control.