En un espacio acogedor, en plena avenida Condado, en San Juan, sitúa el nuevo lugar en el que Mayte Allende se adentra al mundo del empresarismo y la moda en Puerto Rico, bajo el nombre Matthé.
En un espacio acogedor, en plena avenida Condado, en San Juan, sitúa el nuevo lugar en el que Mayte Allende se adentra al mundo del empresarismo y la moda en Puerto Rico, bajo el nombre Matthé. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

Diversos sucesos acontecidos en Puerto Rico, como lo fue el huracán María y la pandemia, despertaron en Mayte Allende su deseo de regresar a la isla que le vio nacer, donde se crió, estudió periodismo y dejó a su familia, para irse a estudiar moda cuando tenía 20 años.

Se adentró en el Fashion Institute of Technology, en Nueva York, con la intensión de ser “fashion buyer” ya fuera para lujosas tiendas como Barneys o Bergdorf Goodman. Allí perfeccionó su experiencia en compra y comercialización de moda. Sin embargo, descubrió que lo que realmente le atraían eran las revistas de moda y ese interés en el periodismo que logró explorar y que quedó latente.

Hice mi internado en ‘Vogue’ y ahí fue que dije, ‘esto es lo que quiero hacer’, pero tenía que ser en ‘Vogue’, ‘W Magazine’ o ‘Women’s Wear Daily’. Esas eran mis únicas tres opciones, donde quería estar. En el ámbito de la moda quería estar con los líderes de la industria, a como diera lugar, aunque fuese a buscarles café. Mi primer trabajo fue con ‘W’ y estuve ahí dos o tres años bajo Bridget Foley, Dennis Friedman, Alex White, esta gente que yo admiraba un montón y siempre los leía. Entonces me hice muy, unida con Bridget y de ahí me fui a Women’s Wear. Estuvimos juntas casi quince años”, relató esta apasionada de la moda, nacida en San Juan.

Era el 2017 y entre la vorágine de coberturas extensas de los diversos desfiles de moda en Nueva York, Londres, Milán y París, que se realizan por semanas corridas, y al ver la devastación del huracán María, resultó ser ese último empujón que Mayte necesitaba para renunciar a la revista.

“Estaba ya en París, eran la 1 de la mañana, no había comido bien hacía un mes, tienes el jet lag, no sabes muy bien qué hora es, pues son 10 eventos al día. Cuando acabas todos los eventos, las cenas y las fiestas que tienes que cubrir, regresas para preparar los ‘reviews’ del otro día porque durante el mes de la moda hay impresión de ejemplares a diario, así que tienes que cerrar las páginas. Recuerdo que llegué y tenía como cinco mensajes en mi teléfono, no estaban listas las páginas del día siguiente, por lo que recibí reclamos un poco agresivos, no había hablado con mi mamá hacía tres días, sabía sin mucho detalle que iban a ser impactados por el huracán... Cuando prendí la televisión y veo en los medios noticiosos la devastación y las imágenes de mi isla, sin poder llamar porque estaban incomunicados, fue muy abrumador. En ese momento dije, ‘cuando regrese a Nueva York, yo voy a renunciar, voy a decir ‘it’s over’”, contó acerca de ese momento vivido llena de angustia.

Sin tener alguna otra oportunidad de empleo, cumplió con lo que se había propuesto. Renunció y comenzó a buscar otras pasiones a las que se pudiese dedicar. Al solo poder visitar Puerto Rico y ver su familia una vez al año, su enfoque era encontrar una oportunidad laboral que le permitiera libertad de movimiento.

De Nueva York al corazón de Condado

El apego a su familia y su fe inquebrantable le daba la constancia de que en algún momento regresaría a la isla. Sin embargo, antes comenzó a realizar trabajos como “freelance”, hasta que la llegada de la pandemia, aceleró su traslado a su tierra. Desde acá nació su deseo de poner una tienda.

“Todo fue súper orgánico porque entre mis hermanas y sus amigas, empecé a hablar con ellas y con otra gente y sí, dije, aquí hace falta como una tienda diferente, algo cool para esta mujer que le encanta la moda y le fascina, pero es más relax, como que ‘dress down in a cool way’ porque aquí hay mucho para salir, el estileto y la lentejuela. Hay mucho de eso, pero qué hay para esta mujer que es un poquito más reservada. En ese momento fue que identifiqué ese ese nicho”, expresó la ahora empresaria.

Mayte sabía cuál era el tipo de cliente a la que quería llegar, esas mujeres que viajan con frecuencia, que miran las revistas de modas y están al tanto de las tendencias. Así que, en medio de la pandemia, comenzó a hacer llamadas, buscar líneas y a crear un concepto, que comenzó a dar a conocer a través de “trunk shows” y por pataforma digital. Sus amigas newyorkinas comenzaron a comprarle ropa, por lo que le dio un giro al concepto, tipo “New York meet San Juan”.

“La estética de New York es súperurbana, es súperminimalista. Y San Juan es como el ‘latin flair’, un poquito más sexy. Así que quise combinar estos elementos a ver qué hago y pues aquí estoy. La experiencia ha sido súper cool”, explicó esta apasionada de la moda, que en marzo de este año encontró el local indicado para su propuesta, y que abrió sus puertas el pasado mes de agosto.

Una vibra bien relajada, elementos de madera y fluidez son parte distintiva de su nuevo espacio, que combina con lo “vintage”, alfombras adquiridas en Turquía y canastas en pajilla.
Una vibra bien relajada, elementos de madera y fluidez son parte distintiva de su nuevo espacio, que combina con lo “vintage”, alfombras adquiridas en Turquía y canastas en pajilla. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

En un espacio acogedor, en plena avenida Condado, en San Juan, sitúa el nuevo lugar en el que Mayte se adentra al mundo del empresarismo y la moda en Puerto Rico, bajo el nombre Matthé, donde tiene la oportunidad de tener ese contacto directo con su clientela. Una vibra bien relajada, elementos de madera y fluidez son parte distintiva de su nuevo espacio, que combina con lo “vintage”, alfombras adquiridas en Turquía y canastas en pajilla.

“Encontré este espacio mini, pequeño, acogedor. Yo dije, ‘Dios mío, ¡cómo es la vida! Cuando estuve en Portofino, Italia, el verano pasado, entré a una tiendita que es un pasillo. Es la tienda más bella y preciosa, una hermosura. Ahí confirmé que no tenía que ser un espacio enorme. Yo cerraba los ojos y me la imaginaba así. Pienso que se trata de calidad, no cantidad, y ser súper enfocado. Necesitaba tenerla como una base, porque la verdad es que la ropa se vende online y por Instagram. Lo que necesitaba era una tienda pequeña y pues la encontré. Papá Dios me la dio exactamente como me la imaginé”, compartió.

Diseños exclusivos

El nombre de su boutique Matthé se deriva de María Teresita (Marie Therese), su nombre de pila, caracterizada por el “capsule wardrobe” o piezas clásicas elevadas que son los pilares de un guardarropa moderno, como por ejemplo, la camisa blanca, el “little black dress”, el “cargo skirt”, el “black jumpsuit”, el “army jacket” y “the cigarette pant”.

Se trata de piezas versátiles, que pueden ser utilizadas de día como de noche, lucir formales y semiformales. Asimismo, explicó que incluye colecciones de The Souv, una marca desarrollada en la ciudad de Nueva York y en la India por Mayte y su diseñador.

La tienda ofrece piezas versátiles, que pueden ser utilizadas de día como de noche, lucir formales y semiformales.
La tienda ofrece piezas versátiles, que pueden ser utilizadas de día como de noche, lucir formales y semiformales. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

“La tenemos en exclusiva en Matthé y en colaboración con M Farmer en Palm Beach y los Hamptons. El caftán, las batas tipo Robe, y los vestidos de talla flexible y con volumen, se fusionan con elementos de loungewear como lo son los pantalones “grandes” de elástico y las blusas “peasant”. Aquí el protagonista es el lenguaje ‘print’; comisionado en Lake Como en colaboración con una de las casas de arte más solicitadas en Italia, utilizada por Valentino y Prada, entre otras”, destacó Mayte, quien cuenta actualmente con modelos de diseñadores invitados Busayo, de África, y Nackiyé, de Turquía.

Otra línea que ofrece es la australiana Shona Joy, con un enfoque en eventos especiales, con vestidos contemporáneos y modernos en gran variedad de cortes y telas para diferentes tipos de figura. Otra colección inspirada en estampados “vintage” y bazares exóticos con aires bohemios y/o festivos, bajo Rhode Resort.

Además de ropa, tiene disponible accesorios “vintage”, comprados en los Flea Markets parisinos, en Milán o en Portobello Road Market, en Londres. De igual modo, incluye modelos de calzado la diseñadora venezolana Andrea Gómez, hechos en España, y de la diseñadora puertorriqueña, radicada en Nueva York, Isa Tapia.

Mayte, quien señaló que se caracterizará por ofrecer piezas nuevas solo por temporadas, ahora mismo tiene un proyecto en Nueva York, otro en India, y otro proyecto con una casa de arte en Italia, todos relacionados con visiones e ideas que tiene para seguir creciendo en el mundo de la moda.

Nunca imaginó emprender, por lo que sumergirse en el mundo empresarial confiesa que no ha sido tarea fácil y expresa su admiración a todas las mujeres que se han adentrado a tener sus propias tiendas de ropa.

“Bien humildemente, te tengo que decir, es tan difícil emprender. Todo lo que pensé de qué era, cómo era, que tenía las herramientas y los contactos, nada de eso. También, en lo que se crea esta clientela y una se da a conocer, es desafiante. Tengo tanta admiración por todas las muchachas que lo hacen. Las respeto y las admiro un montón y les deseo lo mejor porque es súperdifícil”, puntualizó.

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