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A la fecha, el Departamento de Hacienda no ha adoptado una postura en torno al trato contributivo que tendrán los activos digitales.
A la fecha, el Departamento de Hacienda no ha adoptado una postura en torno al trato contributivo que tendrán los activos digitales. (Agencia EFE)

Las fichas o “tokens” tangibles y no tangibles (FT y NTF, por sus siglas en inglés) han llegado para quedarse, pero invertir en ellos o adquirirlos, no necesariamente es una buena idea, a menos que sean parte de una estrategia diversificada y arraigada en objetivos financieros específicos, según dos expertos en inversiones.

FT es el término que se utiliza para describir particularmente criptomonedas como Bitcoin, Ether –la criptomoneda de Ethereum- y similares y que pueden intercambiarse. Mientras los NTF, según el sitio Investopedia, pueden describirse como una especie de sello de autenticidad digital que se adscribe a algún activo digital o concreto y que no puede duplicarse. Ese sería el caso de una obra de arte digital o un artículo de colección, cuya propiedad debe autenticarse.

Ambos conceptos han estado en boga por meses y para algunos, parece ser la puerta a la riqueza, luego de que el valor de criptomonedas como el Bitcoin y Coinbase alcanzaran niveles no vistos en su valoración.

Coinbase es un mercado de intercambio de monedas digitales donde se trafican criptomonedas como Bitcoin. Esta semana, la empresa se valoró en unos $86,000 millones durante su oferta pública inicial en el Nasdaq, una cifra que superó la valoración de gigantes como British Petroleum. Tras estrenarse en bolsa, Coinbase cerró en $328.28 vis à vis el precio de referencia que se fijó para el título y que se ubicó en $250.

Sin embargo, según Ignacio Canto, fundador de X-Square Capital y Manuel González Hinds, vicepresidente senior de First Southern, invertir en este tipo de activos alternativos requiere entender a cabalidad lo que ofrecen y los riesgos que representan.

“Pienso que la tecnología que ellos han desarrollado para efectuar transferencias de pago va a tener un impacto muy grande en los próximos 10 a 20 años. Pienso que estas criptomonedas y la tecnología que les asiste tendrá en la banca y en los sistemas financieros, lo que el internet y el e-commerce ha tenido en los comercios brick and mortar”, dijo Canto. “Lo difícil es determinar qué valor tiene eso”.

“Los activos tradicionales tienen unos fundamentos. Un bono por ejemplo, es un préstamo que hiciste a una empresa o a un gobierno y esa entidad te va a pagar un interés por un tiempo determinado y te va a entregar el dinero que prestaste”, explicó por su parte, González Hinds.

“Cuando la economía crece, las compañías que operan en esa economía mejoran y eso hace que el precio, que el valor de la acción de esa compañía aumente”, dijo.

“El Bitcoin, mercados digitales como Coinbase van ganando aceptación, pero cuánto vale es lo que está en juego. Hay gente que dice que todo esto tiene un valor grandísimo y otros que no vale nada”, dijo González Hinds.

Propiedad no es igual a moneda

Aparte del reto de valoración, la otra diferencia medular en este tipo de instrumento, destacó Canto, es que aunque se hacen llamar monedas, el Servicio de Rentas Internas (IRS) ha catalogado las criptomonedas como una propiedad y no como una divisa.

Como resultado, cualquier transacción que realice la persona con una criptomoneda -como sería comprar un Tesla, ahora que la automotriz la acepta- en realidad, ha efectuado una transacción sujeta a ganancias de capital y debe tributar por ello, explicó Canto.

Al presente, que se sepa, el Departamento de Hacienda no ha adoptado una postura en torno al trato contributivo que tendrán los activos digitales.

Para efectos de reglamentación, la Comisión de Bolsas y Valores (SEC) identifica las criptomonedas y sus tecnologías relacionadas como otro valor y otro intermediario o proveedor q ue deben estar sujetos a supervisión.

Otro reto en estos instrumentos es que al presente, el número de entidades o bienes que pueden adquirirse con TF es limitado y por ende, el valor que puedan tener estará sujeto al mundo en que trafican.

La regla de diversificar

De acuerdo con González Hinds, el reto con los activos alternativos es el auge que se crea alrededor de estos y ello, en ocasiones, se traduce en dejar a un lado la regla cardinal de diversificación.

“Lo primero que tienes que hacer es decidir para qué quieres invertir, qué quieres lograr”, dijo González Hinds. “Después, hay que repetir la enseñanza de la abuela: nunca colocar todos los huevos en la misma canasta”.

Para González Hinds, lo adecuado es identificar aquellos instrumentos de inversión que permitirán generar rendimientos con la menor volatilidad posible.

De aquí, que según González Hinds, quien se estrenen en el mundo de las inversiones debe recurrir a fondos mutuos o fondos cotizados en bolsa (ETFs, en inglés) porque estos permitirán al inversionista recibir el rendimiento de un grupo determinado de activos, sean materias primas, acciones de compañías, bonos o incluso, monedas digitales, en lugar de invertir en un solo activo.

De acuerdo con Canto, algunos de estos activos incluso pueden ofrecer estructuras de cumplimiento contributivo más favorables.

Canto recordó que la historia del mercado de inversiones está llena de tendencias que resultaron en nada. Ese fue el caso de las tecnológicas a principios de la década del 2000 o la caída de las cajas de ahorro o “Savings & Loans” en la década de 1980.

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