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Si eres de los que gusta comprar artículos electrónicos, joyería, carteras o zapatos en el extranjero, asegúrate de que no se trata de un producto falsificado o pirateado, pues, de lo contrario, podría ser confiscado al arribar a Puerto Rico por personal de Negociado de Protección de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Jeffrey Quiñonez, oficial de Asuntos Públicos de la entidad federal en Puerto Rico, recordó que los viajeros internacionales deben declarar los productos adquiridos fuera de Estados Unidos, ya sea para usos personales o comerciales.
En caso de que una persona declare un producto, y las autoridades encuentren que es falsificado, las autoridades tienen el derecho de confiscarlo y hasta emitir multas.
“Una persona que declaró un producto, y nosotros encontramos que es un producto que viola una ley de propiedad intelectual, nosotros lo vamos a confiscar”, declaró Quiñones en entrevista con El Nuevo Día.
“Hemos encontrado a personas que han ido a las islas del Caribe y han comprado copias falsificadas de relojes de lujo, que violan una ley de propiedad intelectual, y los hemos confiscados. También, hemos visto tenis de marca que los compraron en algún lugar en el viaje que hicieron y ese producto viola una ley de propiedad intelectual y los hemos confiscados”, agregó.
Aunque las autoridades realizan este tipo de confiscaciones en los aeropuertos, el funcionario destacó que el tráfico mayor de productos pirateados se produce a través de los servicios de acarreo de paquetes, como UPS o FedEx, así como mediante el Servicio Postal de Estados Unidos.
Tan reciente como esta semana, autoridades federales en la Ciudad de Nueva York reportaron la mayor incautación de productos falsificados en Estados Unidos, con un valor de $1,000 millones.
La cifra es histórica, considerando que, en 2021, CBP realizó 27,000 incautaciones de productos falsificados que fueron valorados en sobre $300,000 millones, de acuerdo con un informe publicado por la entidad en su página web.
Entre los productos confiscados en Nueva York, figuraron bolsos, zapatos y otras mercancías de supuesto lujo. Producto de esta intervención, dos personas fueron acusadas a nivel federal por traficar productos de imitación en un almacén de la mencionada ciudad estadounidense entre enero y octubre.
“La preocupación de nosotros (CBP) es que la gente no percibe que la compra de productos pirateados, o de alguna manera falsos, representa un delito significativo”, lamentó Quiñones.
Además de violar las leyes de propiedad intelectual de Estados Unidos, la falsificación de productos también afecta los ingresos de empresas en y fuera del país, al tiempo que pone en riesgo la seguridad de los consumidores por los materiales de baja calidad que utilizan los fabricantes.
Quiñones agregó que la venta de estos productos beneficia directamente a organizaciones criminales alrededor del mundo.
“Lo que sabemos, y distintas organizaciones internacionales ya lo han dicho, es que la falsificación de productos significa la forma más sencilla para que organizaciones criminales transacionales y organizaciones terroristas paguen por sus operaciones”, estipuló.
“Cuando hay un producto de alta demanda, los falsificadores van a buscar la forma de falsificarlo y hacer dinero”, indicó.
Sostuvo que, en la medida que la tecnología avanza, se hace más difícil identificar los productos pirateados, por lo que CBP trabaja con las marcas para que se registren en su portal.
“Lo más que estamos incautando es joyería, zapatos, ropa, accesorios y piezas de automóviles pirateados”, describió el funcionario.
Indicó, además, que está creciendo la venta de hasta productos de alcohol falsificados, como es el caso de los rones de República Dominicana.
“Hay perfumes, cosméticos y productos de marca de alcohol, como los rones nacionales en República Dominicana, que los están falsificando y lo que están echando en la botella no es ron. Hay una preocupación de que ese tipo de proliferación de productos pirateados continúen representando un daño inmediato a los consumidores”, apuntó Quiñones.
Ante este escenario, el funcionario federal exhortó a los funcionarios a verificar la referencia de los productos que compran por Internet.
Si se trata de un producto de marca, aconsejó visitar la página web de la empresa y utilizar el precio como referencia.
“Si vas comprar una cartera de $2,000 y te la están vendiendo por $500, pues está la primera bandera roja”, subrayó Quiñones.