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Chucho Avellanet: El humor es la clave

Chucho Avellanet se valió de su arma preferida para ganarle la batalla al cáncer Vídeo

10 de abril de 2011 - 8:07 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 14 años.

El día que Chucho Avellanet se sometía a su segunda  quimioterapia  como parte del tratamiento del cáncer de linfoma  no Hodgkin que estaba padeciendo, en   un piso más abajo del mismo hospital nacía su primera nieta, Sofía Isabel, hija de  Luis Armando Avellanet. Era el 11 de enero del 2011 (1-11-11).
En ese momento nieta y abuelo luchaban por su vida. La bebé nació con una condición que la mantuvo  varios días en la sala de intensivo. Hoy, superadas  las pruebas, Chucho, a quien ya le  ha comenzado a salir el pelo que la quimio se llevó  y en franca recuperación,  sólo espera a que su “princesa” esté más grandecita para llevarla al parque.
  “Ese día cuando terminé la quimioterapia en el hospital Auxilio Mutuo me coloqué una mascarilla en la cara  y entré en intensivo. La vi y lloré de la emoción. Estaba llena de cablecitos que le habían puesto. Sólo pude estar unos minutos porque me habían prohibido ir a hospitales y funerarias. Estaba también Marisela Berti (su ex esposa) con  su hermana Marina. Ellas se quedaron afuera para que yo pudiera entrar con mi esposa Marisel (García Padilla). Mi nuera (Yanira Henríquez) me lleva a la nena siempre. Yo le llamo Sofía Isabel Borbón porque tiene nombre de reina. Está hermosa, linda, grande, estoy loco que crezca para llevarla a pasear.
Tal vez este preámbulo sirva para trazar la personalidad, siempre amable y risueña, del cantante que fue ídolo juvenil en los años sesenta y después ha unido una década tras otra para deleitar y divertir a generaciones completas con la perfección de su voz.
Así, a pocos meses de su lucha contra el cáncer, y a vísperas de cumplir los 70 (el 30 de agosto), Chucho, quien se mantiene activo en la televisión con su programa por el Canal 6, accedió a conversar con El Nuevo Día.
 
¿Pensaste alguna vez  durante el proceso que no  vivirías para conocerla?
“Nunca creí  que mi vida estuviese en peligro. A mí me sacaron un tumor benigno junto con una costilla en el lado  izquierdo y los médicos  me mandaron los tratamientos  para erradicar el cáncer. Lo peor de todo fueron  las quimioterapias, son dolorosas, fastidiosas, tienen efectos secundarios y  no se lo deseo a nadie,  porque la enfermedad ni se siente pero la quimio no  da  tregua. Las radioterapias, que fueron 20, son más tolerables. Sólo te da un poco de decaimiento.  Las terminé el pasado martes y me gradué con   diploma y todo. Tengo las fotos.

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