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Los esfuerzos de conservar a la cotorra puertorriqueña datan de la década de los años ’70. (Suministrada / J. Ríos Cruz, USFWS)
Los esfuerzos de conservar a la cotorra puertorriqueña datan de la década de los años ’70. (Suministrada / J. Ríos Cruz, USFWS)

El embate de los huracanes Irma y María provocó un retroceso de años en el programa de conservación de la cotorra puertorriqueña, que incluyó la remoción de los pájaros que estaban en cautiverio en el Vivero de Peces de Maricao, la desaparición de gran parte de la población silvestre y la muerte de algunos individuos que estaban en cautiverio.

Ahora, esta ave en peligro de extinción solo estará confinada al área del bosque de Río Abajo, en Utuado, y a El Yunque, en el noreste de la isla.

“Hemos perdido un porcentaje grande en el estado silvestre, que es la finalidad del proyecto. Nosotros no queremos tener pájaros de mascota, queremos tenerlos libres. Esto nos ha echado a atrás años de esfuerzos”, afirmó el coordinador del programa de Cotorra Puertorriqueña del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Gustavo Oliveri.

Agregó que “dimos pasos en la dirección correcta en pro de la recuperación de la especie. Ya estábamos en proceso de establecer la tercera población. Estos huracanes nos van a hacer repensar el status actual para nosotros delinear el plan de acción del futuro”.

Los esfuerzos de conservar a la cotorra puertorriqueña, que se distinguen por tener plumaje verde y una banda roja en la cabeza, datan de la década de los años ’70. Para esa época solo se habían avistado unos 13 individuos de esta especie, cuyo nombre científico es Amazona vittata.

Las agencias a cargo de la conservación son el DRNA, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y el Servicio Forestal.

Fue en El Yunque donde se estableció la primera población en cautiverio y la primera silvestre. Allí, el efecto de los huracanes en la vida de los individuos todavía no es preciso.

Marisel López, líder del proyecto de la recuperación de la cotorra puertorriqueña del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, relató que antes de los huracanes había 207 aves en cautiverio que se protegieron en el “cuarto de huracanes”.

“Perdimos seis en el cuarto de huracanes y cuando se sacaron de la jaula (donde se mantienen en cautiverio) por calor extremo en El Yunque. El calor las cansaba y se nos murieron seis”, señaló. Ahora, quedan 201 individuos.

Explicó que el mayor impacto fue en las cotorras que estaban en el estado silvestre.

“En el último censo había 56 cotorras, luego Irma se contaron 31 y luego de María todavía estamos buscando en el área. Hasta ayer, aparecieron dos cotorras adicionales”, relató.

En total, el grupo ha divisado ocho cotorras, una de la cual apareció en Aguas Buenas y otra en la carretera PR-3 en Río Grande. López dijo que buscan otras dos en una comunidad de Río Grande en la que los vecinos alertaron del avistamiento.

Recordó que las cotorras que no se han visto no se dan por muertas. “En este tipo de evento se dispersan los animales y eventualmente ellos regresan a su área de reproducción”, comentó.

La experta comentó que las cotorras podrían demorar en aparecer hasta la época de reproducción, que comprende de enero a junio.

Asimismo, López contó que El Yunque acogió las 43 cotorras que había en el aviario de Maricao. Estas aves no están contadas en las 201 que se criaron en El Yunque.

Los funcionarios relataron que, tras el traslado desde Maricao a El Yunque, un ave murió. Su cuerpo fue enviado a un laboratorio en los Estados Unidos, donde se le realizará una necropsia para conocer la causa del deceso.

Oliveras contó que Maricao era la tercera localidad donde se decidió comenzar a reintroducir la especie en estado silvestre.

Antes de los embates del huracán “había pájaros en una jaula de entrenamiento que estaban en proceso de preparación para reintroducirse, para liberarse a estado silvestre”, sostuvo Ahora, el futuro del programa es desconocido.

El funcionario del DRNA explicó que la decisión de remover a los pájaros la tomaron los directivos de Recursos Naturales, el Servicio de Pesca y el Servicio Forestal.

“Fue una decisión compleja, por razones logísticas. Eran más fáciles de atender dos lugares que tres lugares por los problemas de comunicación y acceso causados por el huracán María”, relató.

En cuanto al aviario del bosque Río Abajo, José L. Vivaldi, Oliveras relató que los 174 aves que estaban en cautiverio sobrevivieron el embate del huracán, así como la movilización entre su aviario y el cuarto de huracanes. El impacto mayor, dijo, fue en la población silvestre.

“La población antes de María, pero después de Irma era de 134 a 138 cotorras. Luego de María tenemos constancia de 96 pájaros, pero de esos 96 hemos confirmado tres mortalidades recientes, así que tenemos 93 pájaros vivos”, manifestó. 

Dijo que la causa de la muerte parece haber sido la falta de alimentos o la depredación.

“Los pájaros desaparecidos no se pueden confirmar que estén muertos. Como efecto del huracán pueden dispersar los animales y se tarden en regresar”, insistió Oliveras, al coincidir con otro pronunciamiento hecho en una entrevista por separado con la líder del proyecto del Servicio de Pesca.

Debido a que hay muchas cotorras desaparecidas, se ha solicitado la ayuda ciudadana para que se reporten avistamientos. Los reportes se pueden hacer llamando al 787-240-8895  o al 787-501-2968 .

Solicitan donaciones para las cotorras

De cara a la época de reproducción de las cotorras, de enero a junio, el mayor reto que enfrentan las agencias a cargo de su protección es la habilitación de las jaulas de reproducción. Estas quedaron destrozadas tras el paso de los huracanes, contó la directora del Negociado de Investigación y Biodiversidad del DRNA, Damaris Delgado.

Además, comentó que necesitan alimentos para las aves, métodos alternos para energizar las áreas de las cotorras y voluntarios que ayuden a reconstruir las jaulas.

“Necesitamos fortalecer la infraestructura eléctrica en Río Abajo. Antes de los huracanes, el sistema estaba sensitivo y era vulnerable. Requerimos una fuente de energía más sostenible, lo ideal son placas solares”, afirmó la funcionaria.

Los donativos se están recogiendo a nivel mundial a través del World Parrot Trust o la página aquí. Hasta el momento, se han recaudado $26,700.

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