El papa Francisco durante la Misa de Pascua hoy, domingo. (Filippo Monteforte)
CIUDAD DEL VATICANO- Los cristianos de todo el mundo celebraban la fecha más alegre de su calendario litúrgico, sentados en bancos alejados unos de otros y entonando cánticos de “Aleluya” a través de las mascarillas en su segundo Domingo de Pascua condicionado por las precauciones contra la pandemia.
De iglesias protestantes en Corea del Sur a la Basílica de San Pedro en el Vaticano, los fieles siguieron las normas locales o nacionales para impedir los contagios del coronavirus.
En un hospital de la región italiana de Lombardía, donde estalló la pandemia en Occidente en febrero de 2020, un hospital repartió un pastel tradicional con forma de paloma que simboliza la paz a todos los que acudieron para recibir una vacuna del COVID-19. Muchos de los que asistieron eran octogenarios, acompañados por hijos adultos.
En Jerusalén, las restricciones de viajes aéreos y cuarentenas impidieron que los peregrinos extranjeros llenaran los lugares de culto durante la Semana Santa, que culmina en las celebraciones de Pascua.
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Dentro de la Basílica de San Pedro, el papa Francisco esparció incienso junto a un icono de Jesús y deseó “que la alegría de Pascua se extienda al mundo entero”.
En medio de las numerosas dificultades que atravesamos, no olvidemos nunca que somos curados por las llagas de Cristo (cf. 1 P 2,24). A la luz del Señor resucitado, nuestros sufrimientos se transfiguran. Donde había muerte ahora hay vida; donde había luto ahora hay consuelo.
Los aproximadamente 200 fieles que pudieron asistir parecían perdidos en la gran catedral. Normalmente, miles de personas asistirían al popular servicio, y una multitud se reuniría ante la Plaza de San Pedro. En algunas ocasiones se han congregado más de 100,000 personas para recibir la bendición especial de Pascua después de la eucaristía.
Pero este año, como el pasado, las aglomeraciones estaban prohibidas en Italia y en el Vaticano. De modo que el discurso de mediodía de Francisco se planificó dentro de la Basílica.
Decidido a combatir los contagios que llevan semanas al alza, el gobierno italiano ordenó a la gente que se quedara en casa durante el fin de semana de tres días salvo por recados esenciales como comprar comida o hacer ejercicio. El primer ministro, Mario Draghi, sí hizo una concesión al permitir una visita diaria a familiares o amigos en viviendas particulares durante el fin de semana, que incluye el feriado nacional del lunes.
En Jerusalén, la misa de Pascua en la Iglesia del Santo Sepulcro fue oficiada por el patriarca latino Pierbattista, el clérigo católico romana de más categoría en Tierra Santa. Muchos cristianos creen que Jesús fue crucificado, sepultado y resucitó en la zona histórica de Jerusalén.
Israel ha gestionado una de las campañas de vacunación más exitosas del mundo, que permitió al país reabrir restaurantes, hoteles y monumentos. Israel capturó el casco viejo de Jerusalén, donde hay lugares sagrados del islam, el cristianismo y el judaísmo, en una guerra en 1967 y después se lo anexionó en una decisión no reconocida por la comunidad internacional.
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En Corea del Sur, la Iglesia del Evangelio Compleo de Yoido, la iglesia protestante más grande del país, admitió sólo a 2,000 fieles en la misa de Pascua, o en torno al 17% de la capacidad de su templo principal. Los fieles, con mascarilla, cantaron himnos, dieron palmas y rezaron en un servicio emitido a través de internet y en televisoras cristianas.
Cristianos en una Misa de Pascua en Seúl, Corea del Sur (Lee Jin-man)
La catedral católica de Myeongdong, en Seúl, el templo católico más grande del país, limitó la asistencia a la misa al 20% del aforo y emitió el servicio religioso a través de YoutTube.
En la región sureña de Puglia, el gobernador y muchos alcaldes instaron a los fieles a quedarse en casa y ver la eucaristía por televisión. Es una de las muchas regiones italianas bajo las restricciones más estrictas debido a la tasa de contagios de COVID-19.
Muchos italianos tienen la tradición de asistir a la misa de Vigilia del sábado por la noche. Pero el país está bajo un toque de queda de 22:00 a 05:00, de modo que las iglesias adelantaron varias horas la ceremonia. Las campanas de las iglesias italianas convocaron a la gente inusualmente pronto, antes del atardecer en algunos lugares.
La escena era similar en Francia, aún conmocionada por una demoledora ola de contagios que ha abrumado hospitales ya al límite. Algunas iglesias celebraron su misa, normalmente de medianoche, justo antes del amanecer del domingo en lugar del sábado por la noche debido al toque de queda nacional de 19:00 a 06:00.
Foto del 19 de febrero de 2020 de hospital en Wuhan, China. La enfermedad causada por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) ha sido oficialmente nombrada COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El brote, que se originó en la ciudad china de Wuhan, ha matado hasta ahora a más de 2,000 personas con más de 75,000 infectadas en todo el mundo, principalmente en China. (STRINGER)
Mesas vacías en la Plaza de San Marcos, en Venecia, Italia, el martes 25 de febrero de 2020. El número de enfermos por el nuevo coronavirus en Italia dio un salto del 45% en las últimas 24 horas. (Renata Brito)
El cielo ha recuperado el color azul en muchas ciudades debido a las cuarentenas por el coronavirus; en Venecia, los canales se han vuelto tan transparentes que en el fondo pueden verse bancos de peces. (Andrea Merola)
Un gondolero mira su teléfono mientras espera ser contratado por alguno de los pocos turistas que visitan Venecia desde el estallido de un brote de coronavirus. Foto del 28 de febrero del 2020. (Francisco Seco)
Soldados del ejército de Corea del Sur con equipo de protección rocían desinfectante como precaución contra el nuevo coronavirus en una calle comercial en Seúl, Corea del Sur, el miércoles 4 de marzo de 2020. La epidemia de coronavirus se desplazó cada vez más hacia el oeste, hacia el Medio Oriente, Europa y Estados Unidos. (Ahn Young-joon)
El famoso coliseo romano cerró a los turistas el 8 de marzo de 2020. Italia anunció una cuarentena radical, provocando el caos en los viajes al restringir los movimientos de una cuarta parte de su población en un intento por detener la implacable marcha del nuevo coronavirus por Europa. (Alfredo Falcone/LaPresse)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mira mientras el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, explicando la gravedad del virus y la importancia de tomar medidas extremas. (Alex Brandon)
Una compradora sostiene un artículo rodeada de estantes casi vacíos en un supermercado en Madrid, en esta fotografía de archivo del 10 de marzo de 2020. La gente hizo compras de pánico de alimentos y suministros después de que el ministro de Salud de España anunciara un fuerte aumento en los casos de coronavirus en la capital nacional y sus alrededores. (Manu Fernandez)
Fotografía de archivo del 11 de marzo de 2020 de empleados con equipos de protección, de la cabeza a los pies, se aprestan a desinfectar la casa de ancianos Life Care Center de Kirkland cerca de Seattle, en Washington. (Ted S. Warren)
Aviones detenidos en los aeropuertos. El nuevo virus provocó que los viajes se cancelaran o se limitarán en algunos lugares para casos especiales. (Michael Probst)
El 11 de marzo de 2020 la NBA suspendió el partido entre los Pelicans de Nueva Orleans y los Kings de Sacramento de último momento ante el brote de coronavirus, en Sacramento, California. (Rich Pedroncelli)
Un hombre vestido como un fantasma de pie en una tribuna vacía antes del partido de ida de los octavos de final de la Liga Europa entre Linzer ASK y Manchester United en Linz, Austria, en esta fotografía de archivo del 12 de marzo de 2020. El partido se jugó en un estadio vacío. (Kerstin Joensson)
Una mujer camina por el centro comercial Pier 39 en San Francisco, en esta fotografía de archivo del 12 de marzo de 2020. (Jeff Chiu)
El papa Francisco se coloca una mascarilla para asistir a una ceremonia ecuménica por la paz en la Basílica de Santa Maria in Aracoeli, (Gregorio Borgia)
En esta fotografía de archivo del miércoles 18 de marzo de 2020, un hombre con una mascarilla para prevenir la propagación del coronavirus viaja en tren por Barcelona, España. Cuando la Organización Mundial de la Salud declaró el coronavirus una pandemia hace un año el jueves 11 de marzo, lo hizo solo después de semanas de resistir el término y mantener el virus altamente infeccioso aún podía detenerse. Un año después, la agencia de la ONU todavía está luchando por mantenerse al tanto de la ciencia en evolución de COVID-19, para persuadir a los países de que abandonen sus tendencias nacionalistas y ayuden a llevar las vacunas donde más se necesitan. (EMILIO MORENATTI)
Foto de archivo del 22 de abril de 2020 cuando en Europa había crisis por la falta de espacio en las áreas de intensivo por la cantidad de pacientes. (Ricardo Garcia Vilanova)
Ridley Goodside usa una cubierta de goma para la cabeza de buceo junto con gafas y una máscara especial de filtración de aire para protegerse de la propagación del coronavirus mientras se sienta en un círculo designado marcado en el césped en el Domino Park de Brooklyn. (Kathy Willens)
Círculos diseñados para ayudar a prevenir la propagación del coronavirus fomentando el distanciamiento social en el parque Dolores de San Francisco, el jueves 21 de mayo de 2020. (Noah Berger)
Una mujer espera afuera de una tienda con equipo de protección debido a la pandemia de COVID-19 en el centro de Lima, Perú. (Rodrigo Abd)
Los hermanos Julia y Jorge López decoran la tumba de su madre, quien recientemente falleció por el nuevo coronavirus, en un cementerio público en Lima, Perú, el viernes 22 de mayo de 2020. A pesar de las estrictas medidas para controlar el virus, esta nación sudamericana de 32 millones se ha convertido en uno de los países más afectados por la enfermedad. (Rodrigo Abd)
Mujeres con máscaras contra la propagación del nuevo coronavirus caminan por una calle en La Habana, Cuba, el lunes 25 de mayo de 2020. Las autoridades cubanas exigen el uso de máscaras para cualquier persona fuera de sus hogares (Ramon Espinosa)
En esta imagen del 30 de mayo de 2020, Óscar Becerril, coordinador de paramédicos, desinfecta a su colega César Ávila después de salir a recoger a un paciente enfermo de COVID-19 desde su base en Iztapalapa, una demarcación de la Ciudad de México. (Marco Ugarte)
Los eventos deportivos celebrados en medio de la pandemia de coronavirus se han convertido en un espectáculo completamente diferente cuando se trata de espectadores. En la imagen el primer juego de la MLB de los Yankees de NY ante los Nacionales de Washington. (Alex Brandon)
En esta imagen de archivo, tomada el 4 de septiembre de 2020, Francisco España, de 60 años, rodeado por miembros del equipo médico que lo atiende, mira al mar Mediterráneo desde su cama en el paseo próximo al Hospital del Mar, en Barcelona. El hombre pasó 52 días en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro a causa del coronavirus, pero ese día sus doctores le permitieron pasar casi 10 minutos al borde del mar como parte de su terapia de recuperación. (Emilio Morenatti)
En esta imagen publicada por la Casa Blanca, el presidente Donald Trump trabaja en su sala de conferencias en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, el sábado 3 de octubre de 2020, luego de dar positivo por COVID-19. (Joyce N. Boghosian)
Con una máscara como medida de precaución en medio de la propagación del nuevo coronavirus, una niña se pone guantes de plástico durante la clase en La Habana, Cuba, el lunes 2 de noviembre de 2020. Decenas de miles de escolares regresaron a clases en el mes de noviembre en La Habana por primera vez. (Ramon Espinosa)
Una rosa roja yace sobre un ataúd alineado con otros en el piso de la iglesia de San Giuseppe en Seriate, una de las áreas más afectadas por el coronavirus, cerca de Bérgamo, Italia, esperando ser llevada a un crematorio. El número de muertos en Italia superó los 101 mil. (Claudio Furlan/LaPresse)
La cifra de muertos en Estados Unidos por el coronavirus superó el medio millón, una cifra inimaginable hace un año cuando el virus alcanzó por primera vez a la nación más rica del mundo con sus brillantes laboratorios, científicos de primer nivel y enormes reservas de medicamentos y suministros de emergencia. (Mark Lennihan)