Nota de archivo: este contenido fue publicado hace más de 30 días.

El expolicía James DeAngelo, acusado de ser el asesino de Golden State, escucha una audiencia en la corte de Sacramento en mayo. El hombre es sospechoso de matar una docena de personas y de violar más de 50 entre los años setenta y ochenta.
El expolicía James DeAngelo fue acusado luego de ser identificado como el llamado "Asesino de Golden State" con material genético a través de genealogía forense . Fue acusado en el 2018 de matar una docena de personas y de violar cerca de 50 mujeres, entre los años 1970 y 1980. (The Associated Press)

Nota del editor: este historia forma parte de la segunda temporada de Las Caras del Crimen, proyecto periodístico que en esta ocasión se concentrará en profundizar en crímenes sin resolver.

---

Desarrollos en el campo de la genética han provocado avances tecnológicos que permiten el esclarecimiento de casos que habían estado detenidos durante décadas. Por eso, cada vez es más común escuchar las referencias al ADN de un sospechoso o de un criminal como pieza clave en una investigación.

Así que cabe preguntarse: ¿cómo se usa el ADN para resolver casos criminales?

Los métodos pudieran variar un poco de país en país, pero una explicación que recoge las similitudes entre la mayoría es ofrecida por la agencia Interpol, que trabaja con las autoridades de casi todas las naciones del mundo en casos criminales.

“Las moléculas de ácido desoxirribonucleico (ADN) contienen la información que todas las células vivas del cuerpo humano necesitan para realizar sus funciones”, indica la agencia investigadora.

Agrega que con la excepción de gemelos idénticos, “el ADN de cada persona es único. Por ello, puede utilizarse como prueba para ayudar a condenar a un sospechoso de un delito, o para absolver a una persona inocente”.

Para hacerlo, se utilizan muestras levantadas en una escena de un crimen o que se le toman a sospechosos. Usualmente, según la Interpol, esas muestras son “sangre, el pelo o fluidos corporales, obteniéndose un perfil de ADN que puede compararse con otros perfiles en una base de datos”.

Las esperanzas de poder esclarecer la masacre de una familia en el residencial San Juan Park en el 2011, en la que fueron salvajemente asesinados Lorenis Mejías Contreras, de 30 años de edad y ocho meses de embarazo, y sus hijos, Néstor y Jeremy, de 10 y 8 años, respectivamente, sirven de ejemplo sobre el grado de importancia que ha adquirido la ciencia de la genética en las investigaciones criminales.

Aunque todavía no se ha esclarecido este crimen, después de 11 años, los investigadores esperan que podrán identificar a algunos de los responsables de la cruel matanza de Mejías y sus hijos debido al constante desarrollo de avances tecnológicos que periódicamente presentan nuevos recursos de análisis genéticos.

Conté explicó que “en un pasado podría obtenerse quizá un perfil parcial de alguien de alguna muestra que estaba en la escena. Ahora la probabilidad de obtenerlo completo, como los métodos son más sensitivos, es mucho mayor”.

Ante ese escenario, agregó Conte, “la probabilidad de reanalizar muestras de casos que quizás en un pasado dieron poca información, a la luz de la nueva tecnología, si se analizan ahora, podrían ofrecer mucho más información que la que dieron en aquel momento”.

Como ejemplo, Conte destacó que en Puerto Rico usan el método denominado como “Rapid DNA”, que permite “realizar la prueba del ADN en horas, cuando antes se tomaba meses o hasta años podría tomarse la prueba”.

“Puerto Rico es una de tres jurisdicciones que la está utilizando para analizar los ‘safe kits’”, agregó la funcionaria, al hacer referencia al equipo utilizado en la recopilación de muestras a víctimas de agresión sexual.

Mientras, señaló que acuden a laboratorios de Estados Unidos cuando necesitan hacer la prueba “que se llama ADN mitocondrial”, que “se realiza generalmente en pelos que no tienen raíz”.

Genealogía forense

A preguntas de El Nuevo Día, Conte reconoció que el ICF no realiza las pruebas de genealogía forense. A través de su portavoz, indicó que “la prueba a la que usted se refiere se realiza en laboratorios externos”.

Se trata de un método desarrollado en años recientes al que se le ha atribuido el esclarecimiento de cientos de casos que llevaban décadas sin resolver.

De acuerdo con medios en Arizona, una de las pioneras de ese método fue la oficial forense Colleen Fitzpatrick, quien había estudiado física nuclear.

Inicialmente usó la tecnología para ayudar a las autoridades con cuerpos sin identificar. Comenzó a usar el ADN de esos cuerpos y los comparaba con los que estaban en bases de datos de compañías a donde van ciudadanos en general para tratar de encontrar parientes suyos o completar árboles genealógicos.

Luego, en el 2014 Fitzpatrick revolucionó el campo al usar ese mismo método, pero para dar con el sospechoso de los asesinatos a cuchilladas de dos mujeres en Phoenix en 1992 y 1993.

Con una muestra de ADN encontrada en la escena, Fitzpatrick pudo encontrar en una base de datos seis posibles compatibilidades y una relación con el apellido “Miller”.

Con esa información, los investigadores regresaron a una persona que habían entrevistado temprano en la pesquisa con ese apellido. Tras tomarle una muestra de ADN, Bryan Patrick Miller fue acusado y actualmente se encuentra en medio del juicio.

Nadie que conocía a DeAngelo lo asoció con los asesinatos (se cree que fueron al menos 12), las 50 violaciones y decenas de robos que se le atribuyen entre 1976 y 1986. (AP)
Usando genealogía forense, los investigadores se acercaron a un primo de Joseph James DeAngelo Jr., hasta que pudieron llegaron al sospechoso.

Más de 150 casos en California se han resuelto desde que el método cobró mayor notoriedad en 2018 con el caso del llamado “Asesino de Golden State”. Lograron arrestar a Joseph James DeAngelo Jr. como el supuesto asesino en serie, responsable de al menos 12 homicidios, 45 violaciones de mujeres y cientos de escalamientos en California.

DeAngelo había evadido la justicia por 40 años, pero al comparar muestras de ADN en la base de datos genealógicos GEDmatch encontraron que un pariente había usado ese servicio. Continuaron por esa vía hasta que los investigadores siguieron descartando personas hasta llegar a DeAngelo Jr.

Esclarecen caso con tan solo 15 células

Un laboratorio en Texas, Otham, ha llevado ese método a un extremo todavía más lejos. Logró afinar sus pruebas para enfrentar los retos de contar con pocas muestras de ADN disponibles o que estén contaminadas.

Así fue como ayudó a esclarecer el asesinato de la niña de 14 años Stephanie Isaacson en 1989 en Las Vegas.

Las pruebas caseras de ADN recogen de 750 a 1,000 nanogramos de ADN. En contraste, para ese caso las autoridades solamente necesitaron menos de uno: fueron 0.12 nanogramos o un equivalente a tan solo 15 células.

Para Othram fue suficiente para establecer un perfil genético para compararlo con una base de datos que los llevó hasta un hombre que resultó ser el primo del sospechoso, que así identificaron como Darren Roy Marchand, quien ya había muerto en 1995.

El laboratorio informó el año pasado que trabaja en casos que se remontan a 1881.

En abril pasado, Kristen Mittelman, de Othram, dijo que la empresa utiliza secuenciación de ADN y tecnología genómica para ayudar a identificar víctimas y sospechosos de crímenes. Detalló que su técnica comienza a funcionar incluso antes de tocar las muestras para preservar la evidencia al momento de crear un perfil genético.

“Nosotros podemos triangular todas las coincidencias que hay allí y averiguar a qué lugar pertenece alguien en un árbol genealógico”, comentó Mittelman.

“Las pruebas de ADN son destructivas y cada vez que haces pruebas de evidencia, estás destruyendo el ADN y esa evidencia. La gente todavía consume evidencia con técnicas que no funcionan la mayor parte del tiempo”, agregó.

Mittelman también ha señalado que el laboratorio Othram “se especializa en la recuperación y el análisis de ADN humano a partir de trazos de evidencia forense degradada o contaminada”.

Además, sostuvo que Othram se diferencia al analizar “cientos y cientos de miles” de marcadores en vez del estándar de 20.

“Construimos estos perfiles bastante limpios y complejos que, cuando se cargan en una base de datos de ADN, pueden inferir relaciones mucho más distantes”, afirmó Mittelman. “Puedes averiguar dónde pertenecen las personas en un árbol genealógico. Cuando perfeccionas esa identidad, no necesitas iniciar una base de datos de esa persona o tener a esa persona en la base de datos para identificar quiénes son”.

💬Ver comentarios