Hacemos un llamado al secretario de la Administración de Corrección y Rehabilitación para que se implante el Protocolo que evite una epidemia de COVID-19 en las cárceles, escribe Milagros Rivera Watterson
Hacemos un llamado al secretario de la Administración de Corrección y Rehabilitación para que se implante el Protocolo que evite una epidemia de COVID-19 en las cárceles, escribe Milagros Rivera Watterson
Desde el 17 de marzo por diversos medios hemos manifestado nuestra preocupación por la situación de nuestros confinados ante la pandemia del COVID-19. Como portavoz del Comité de Amigos y Familiares del Confinado, hemos estado haciendo un llamado al secretario de la Administración de Corrección y Rehabilitación, para que se implantase rigurosamente el Protocolo para evitar que la población penal se vea expuesta a contraer el COVID-19. Lo hacemos ya que consideramos que esta población -que en estos momentos consta de poco más de 8,000 confinados- es una de gran riesgo, ya que están aglomerados en espacios cerrados y pueden adquirir la enfermedad vía los empleados, ya que sabemos que las visitas de familiares han sido suspendidas. Hasta nosotros llegó información la semana pasada de personal preocupado porque había guardias penales tosiendo y no se habían tomado las provisiones para que se fuesen a sus casas y guardasen la cuarentena. Ante esta denuncia el administrador ha contestado que actualmente en las instituciones penales se le está tomando la temperatura a todo empleado y a cualquiera que tuviese fiebre o algún otro signo que podría indicar ser portador del virus se le ordena se vaya a su casa en cuarentena. También alegan que siguen todas las medidas sanitarias recomendadas. Hasta este momento no se ha informado ningún caso de contagio.
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