“Que dejen toditos los libros abiertos / ha sido la orden que dio el general. / Que todos los niños estén muy atentos / Las cinco vocales van a desfilar / Primero verás, que pasa la A con sus dos patitas muy abiertas al marchar…”. ¿Se acuerda? ¡Claro! Pero bueno, al Bocadillo, y después, cuando yo cante cantan todos, ¿okey? La A es el primer grafema (letra) del abecedario, y la primera de nuestras 5 lindas vocales. No necesitamos ni dientes ni labios ni nada; basta con abrir grande la boca y dejar salir el aire mientras vibran las cuerdas para producirla. ¿Todo bello y precioso hasta aquí? Qué le puedo decir… El primer diccionario de la Irreal (1726), que casualmente sostengo en mi regazo, nos dice toda suerte de sandeces sobre la reina de las vocales, la A. Agárrese bien de su periódico: “En el orden es la priméra porque es la que la naturaleza enseña al hombre desde el punto del nacer para denotar el llanto, que es la primera señál que dá de haver nacído y aunque también la pronuncia la hembra, no es con la claridád que el varón, y su sonido (como lo acredita la experiencia) tira más à la E, que à la A, en que paréce dán à entender, que entran al mundo como lamentándose de sus primeros Padres Adán y Heva. Permanése tan própria en el sugéto, que aunque nazca mudo siempre la pronuncia […]”. La A -con sus dos patitas muy abiertas al marchar- es la primera entrada del primer diccionario que pone en evidencia el machismo recalcitrante de la Irreal. ¿Que qué sigue? “Le sigue la E, alzando los pies…”.
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LA A DE ¿MACHISTAS?
Bocadillo Linguístico