Eso pusieron en práctica muchos de los gobernantes y políticos de los últimos treinta años en Puerto Rico: una lógica perversa. Deseosos de cambiar el ‘status quo’ y convencidos de que, al hacerlo, los unos lograrían el ansiado sueño de la estadidad y los otros el de la independencia, se dedicaron todos a destruir lo que había en aras de lo que querían. Pero los sueños -dijo Calderón- sueños son y consisten -afirmó Quevedo- “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”. El tiro les salió por la culata. Lo malo es que lo sufrimos todos.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Una lógica perversa
La profesora Carmen Dolores Hernández plantea la necesidad de una visión abarcadora de futuro para enderezar el rumbo del país, sumido en una crisis que vincula a fallos consistentes de los partidos que han gobernado por décadas