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Centro Médico Episcopal San Lucas
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Para las personas con condiciones respiratorias crónicas, el verano en Puerto Rico representa un nuevo reto para el manejo de su enfermedad.
La exposición al polvo del Sahara y los incendios por combustión espontánea son dos elementos que contribuyen significativamente a generar un entorno problemático para las personas que batallan con condiciones respiratorias, explicó el doctor Dev Boodoosingh, neumólogo del Hospital Episcopal San Lucas en Ponce.
Los riesgos para los pacientes con asma, enfisema y otro tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica —condiciones altamente comunes en la isla— se incrementan en el ambiente típicamente seco del verano, cuando se elevan los niveles de partículas en el aire.
Atentos a las señales
Ante la frecuencia con la que la isla es impactada por esos factores, resulta de vital importancia que los pacientes con condiciones respiratorias reconozcan temprano los principales síntomas que pueden derivar en complicaciones. Dificultad respiratoria inusual, pecho apretado, silbidos en el pecho, alergias nasales y tos seca son algunas de estas señales.
“Por ejemplo, para un paciente con asma, es importante que junto a su neumólogo identifique si tiene otras condiciones alérgicas, ya sea a alimentos, polen o mascotas, ya que se pueden dar medicamentos que previenen o atacan ese tipo de alergia”, sostuvo el doctor Boodoosingh.
De acuerdo con el especialista, estos pacientes también deben informarse diariamente sobre la calidad del aire, de manera que puedan evitar lugares de alto riesgo. En caso de que sea inevitable encontrarse en un lugar contaminado, recomendó el uso de mascarillas.
Vital reconocer las emergencias
El doctor Boodoosingh contó que exhorta a sus pacientes a tener un plan de acción a seguir en caso de que se presente una exacerbación de su condición.
Se recomienda tener siempre a la mano un inhalador de rescate para utilizarlo cuando sienta dificultad respiratoria o sibilancias. Además, es importante obtener un medidor de flujo máximo para monitorear su capacidad respiratoria en circunstancias normales y poder compararlo con la capacidad medida durante la crisis. Esto permitirá cuantificar de manera objetiva el nivel de severidad de su condición y ayudará a tomar decisiones con respecto a su tratamiento de inmediato.
En algunas situaciones, el nivel de severidad y dificultad respiratoria es tan alto que es necesario visitar una sala de emergencias, afirmó el neumólogo.

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