



El cáncer de colon es uno de los tipos de cáncer más comunes en el mundo. Entre los hombres, figura como el segundo más diagnosticado, superado solo por el cáncer de próstata, mientras que, entre las mujeres, es el tercer cáncer más diagnosticado, precedido solo por el de mama y el de pulmón.
A estos efectos, la oncóloga hematóloga Alexandra Deyá Quinquiya apuesta a la observación de síntomas y a la detección temprana como herramientas para aventajar posibles complicaciones. Según explicó, el cáncer de colon es una enfermedad que se origina en el intestino grueso y, con el tiempo, favorece el crecimiento descontrolado de células malignas. Sin embargo, lo más importante es que, en la mayoría de los casos, cuando se diagnostica a tiempo y se actúa con premura para diseñar un plan de tratamiento, “se puede curar”, aseveró.
Por su parte, Deyá Quinquiya advirtió que uno de los elementos que caracterizan esta enfermedad es su capacidad de crecer desapercibidamente en el cuerpo, de modo que muchos pacientes pueden desarrollarla sin haber mostrado síntomas previos al diagnóstico. Por tal razón, “la detección temprana es tan importante como un análisis de rutina, como la colonoscopia, y puede salvar vidas”, sumó.
No obstante, hay quienes pueden presentar síntomas, como pérdida de peso involuntaria, signos de anemia, como deficiencia de hierro, y fatiga constante, sangre en la excreta y una disminución de los niveles de hemoglobina. En estos casos, “la recomendación es que el paciente vaya a hacerse las pruebas con un hematólogo para investigar la causa de esos síntomas”, indicó Deyá Quinquiya, acentuando la facilidad de detectar laceraciones o signos de deficiencias asociadas al cáncer de colon mediante una colonoscopia y una examinación de sangre oculta en las heces.
Entre los grupos de personas con mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon se encuentran los pacientes con inflamaciones intestinales, como colitis ulcerosa, y quienes cuentan con predisposiciones genéticas a través de parientes en su linaje primario (padre, madre o hermanos o hijos).
Según instó Deyá Quinquiya, la recomendación para estas personas es realizarse la primera colonoscopia al menos 10 años antes de la edad en que el pariente más próximo fue diagnosticado. De lo contrario, adujo, toda persona debe agendar este examen de rutina a partir de los 45 años y programar su seguimiento, como mínimo, cada diez años.
Por otro lado, los hábitos nocivos del estilo de vida pueden favorecer el desarrollo del cáncer de colon.
“Se ha confirmado que las personas con una dieta alta en grasa (de carnes procesadas como embutidos) y baja en fibra están en riesgo de desarrollar este y muchos otros tipos de cáncer”, sostuvo la oncóloga hematóloga. Agregó que estos escenarios a menudo se agravan cuando el paciente mantiene una vida sedentaria, fuma cigarrillos y consume bebidas alcohólicas. Para la doctora, incorporar hábitos saludables y gestionar proactivamente cambios orientados al bienestar son algunos aspectos que “están en nuestro control… hay cosas que no lo están, como los factores genéticos, pero si podemos modificar algunas cosas, debemos hacerlo, pues va a ser más favorable a largo plazo para todos”, subrayó.
Los tratamientos para el cáncer de colon se basan en un enfoque que involucra a varios especialistas. Se tienen en cuenta, entre otros factores, el avance del cáncer, la extensión de la cirugía, la edad del paciente y la probabilidad de que el cáncer vuelva a aparecer.
Para esto, cuenta con el apoyo de farmacias especializadas como Alivia Health Pharmacy, cuyo rol engloba el manejo y la entrega de los fármacos que, por su naturaleza compleja, deben ser preservados conforme a unos protocolos estrictos de conservación.
Además, Alivia Health Pharmacy se encarga de ofrecer orientación al paciente durante la etapa de aprobación de los planes médicos, incluyendo apoyo técnico para la obtención y la gestión de documentos. Asimismo, lidera esfuerzos educativos y de orientación para la administración adecuada de los medicamentos.
A estos efectos, “forma parte clave de ese equipo multidisciplinario que no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también ayuda a los médicos a agilizar nuestra estrategia y nuestro plan de tratamiento”, aseveró Deyá Quinquiya.
Por último, la galena exhortó a los pacientes diagnosticados a “no perder la esperanza y a confiar en su equipo médico”, pues “el proceso [de aceptación] es difícil, pero no están solos; es un trabajo en equipo y hay una gama de alternativas para prolongar su vida sin afectar su calidad de vida. Nuestro propósito es tratar su enfermedad para que puedan vivir muchos años más… eso es lo que queremos lograr”, puntualizó.

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