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Coleccionista de mariposas en África con más de 4.2 millones ejemplares busca compartir su legado

Steve Collins estima que los especímenes y otros activos de su colección valen $8 millones

30 de diciembre de 2024 - 2:29 PM

Edgar Emojong, asistente de coleccionista de mariposas para el Instituto de Investigación de Mariposas Africanas (ABRI), muestra una mariposa en Nairobi, Kenia, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Brian Inganga) (Brian Inganga)

Lo que comenzó como un pasatiempo infantil hace más de seis décadas ha llevado a lo que podría ser la colección de mariposas más grande de África en un suburbio de la capital de Kenia.

Steve Collins, de 74 años, nació y creció en el oeste de Kenia. A la edad de 5 años, se fascinó por las mariposas y comenzó a formar una colección que ha crecido a más de 4.2 millones de ejemplares, representando cientos de especies.

“Mis padres nos animaban a buscar mariposas después de visitar el Congo y unos amigos nos regalaron una red de captura”, indicó Collins. “Para cuando tenía 15 años, ya estaba visitando otros países como Nigeria para estudiar más sobre las mariposas”.

Durante su carrera de 20 años como agrónomo, Collins dedicó su tiempo libre a la investigación. Estableció el Instituto de Investigación de Mariposas Africanas en 1997.

Ahora, quedándose sin espacio y tiempo, espera cederlo a la próxima generación.

Steve Collins, coleccionista de mariposas y fundador del Instituto de Investigación de Mariposas Africanas (ABRI), muestra parte de la colección en Nairobi, Kenia, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Brian Inganga)
Steve Collins, coleccionista de mariposas y fundador del Instituto de Investigación de Mariposas Africanas (ABRI), muestra parte de la colección en Nairobi, Kenia, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Brian Inganga) (Brian Inganga)

En sus 1.5 acres (0.6 hectáreas) de tierra, cientos de árboles indígenas y arbustos floridos forman un bosque bien entrelazado. Cientos de mariposas danzan de una flor a otra, a veces aterrizando en la mano de Collins.

Su colección es privada, aunque inicialmente estaba abierta al público cuando la administraba como un centro educativo entre 1998 y 2003.

Collins tiene 1.2 millones de mariposas de toda África delicadamente clavadas en marcos y almacenadas en filas de estantes, con otros 3 millones en sobres.

“Necesitan ser mantenidas en espacios oscuros”, explicó. “La forma de almacenamiento también asegura que las mariposas secas no sean comidas por otros insectos, parásitos y depredadores. También nos aseguramos de aplicar insecticidas una vez al año para mantenerlas seguras”.

Julian Bayliss, un ecólogo especializado en África y profesor visitante en la Universidad de Oxford Brookes, dijo que ha recolectado mariposas para Collins durante dos décadas.

“Hay una gran parte de esa colección que es completamente irremplazable porque una gran parte del hábitat de África está siendo destruido”, señaló Bayliss.

África es vulnerable al cambio climático, con períodos de sequía prolongada y graves inundaciones que destruyen bosques y otros hábitats de mariposas.

Una mariposa se posa en la nariz de Edgar Emojong, asistente de coleccionista de mariposas del Instituto de Investigación de Mariposas Africanas (ABRI) en Nairobi, Kenia, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Brian Inganga)
Una mariposa se posa en la nariz de Edgar Emojong, asistente de coleccionista de mariposas del Instituto de Investigación de Mariposas Africanas (ABRI) en Nairobi, Kenia, el lunes 9 de diciembre de 2024. (AP Foto/Brian Inganga) (Brian Inganga)

Bayliss sugirió digitalizar la colección para hacerla accesible a nivel mundial.

Quien la tome “necesita ser una institución que esté bien fundada, bien financiada y segura”, afirmó.

Scott Miller, un entomólogo en la Institución Smithsonian, conoció a Collins hace casi 30 años. Dijo que tales colecciones proporcionan información crítica que podría mostrar cambios ambientales durante 60 años.

“En realidad se puede volver a estos especímenes físicos para obtener nuevas capas de información a medida que se aprende más o se cuenta con una tecnología diferente o se tienen preguntas distintas”, aseveró.

Collins está preocupado de que pronto ya no podrá sostener su investigación. Agregó que su mariposa más preciada cuesta $8,000 —la cual mantiene fuera de la vista, preocupado por un posible robo— y espera vender la colección a un individuo o institución de investigación.

Los costos de operar su instituto son altos. Un presupuesto anual publicado en 2009 en el sitio web de la Sociedad de Lepidopteristas de África era de $200,000.

Collins estima que los especímenes y otros activos valen $8 millones.

“Esto ha sido mi pasatiempo durante décadas, y no puedo ponerle precio a lo que he hecho hasta ahora. Actualmente busco asegurar que las especies estén en manos seguras cuando yo ya no esté en este mundo”, destacó.

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