En la actividad “Explorando un Futuro Sostenible”, más de 20 integrantes del comité ambiental de la escuela elemental Josefita Monserrate de Sellés, en San Juan, disfrutaron de una charla y una dinámica interactiva, en la que aprendieron más sobre prácticas sostenibles para cuidar del medioambiente.
En la actividad “Explorando un Futuro Sostenible”, más de 20 integrantes del comité ambiental de la escuela elemental Josefita Monserrate de Sellés, en San Juan, disfrutaron de una charla y una dinámica interactiva, en la que aprendieron más sobre prácticas sostenibles para cuidar del medioambiente. (Suministrada)

Por los pasados dos años, estudiantes de la escuela elemental Josefita Monserrate de Sellés, en San Juan, han desarrollado una cultura en favor del medioambiente que hoy los sitúa como un ejemplo a seguir para otras Eco-Escuelas boricuas, una iniciativa internacional que busca germinar en los más pequeños una conciencia ambiental.

En ese período, una comunidad entera –integrada por padres, educadores, personal docente y no docente– se ha unido para animar a los más de 300 estudiantes, desde los 3 años hasta sexto grado, que de alguna forma u otra se han beneficiado del programa de la Organización Pro-Ambiente Sustentable (OPAS).

“Lo más importante es la motivación y la concienciación. Ya ellos están conscientes de que esa cáscara de manzana no va al zafacón, que ese vaso plástico no se trae a la escuela y que, si llega una botella plástica, hay que lavarla, hay que limpiarla y llevarla al reciclaje. Los vemos emocionados, los vemos comprometidos”, indicó Julitsa París, maestra de Ciencia de quinto y sexto grado y coordinadora del Programa Eco-Schools en la Josefita.

Este plantel fue reconocido por su labor en pro del medioambiente en la actividad “Explorando un Futuro Sostenible”, celebrada recientemente en la cancha escolar, en la que participaron más de 20 estudiantes. Allí, Colgate-Palmolive entregó a OPAS un patrocinio de $5,000 para crecer la presencia de las Eco-Schools en Puerto Rico.

“La Josefita Monserrate tiene un programa bien sólido de lo que es educación ambiental”, destacó Alice Colón, gerente del programa Eco-Schools de OPAS. “Entendemos que es un modelo a seguir para las demás Eco-Escuelas, por la variedad en los temas que toca. Lo han hecho parte de la escuela, no es meramente por cumplir con la meta, sino que lo viven”.

Responsabilidad ambiental

El programa Eco-Schools llegó a Puerto Rico en 2006. Desde entonces, ha impactado a más de 50 escuelas públicas y privadas. Al momento, hay una veintena de planteles inscritos a la iniciativa, en municipios como San Juan, Bayamón, Arecibo y Vega Baja.

Sobre la utilidad de que este programa alcance más escuelas, Colón señaló: “Somos una isla, estamos en el Caribe, estamos expuestos a unos fenómenos atmosféricos de forma recurrente, y por eso es importante que a los estudiantes se les facilite estas destrezas de pensamiento crítico, que no es solamente identificarlo, sino actuar, y no tan solo que se quede en la escuela, sino que se lleve a la comunidad”.

El concepto de las Eco-Schools nació en 1994 en la Fundación para la Educación Ambiental (FEE), y actualmente está presente en más de 62 países, impactando a más de 11 millones de estudiantes y 49,000 escuelas, según el portal de OPAS.

Su metodología se basa en siete pasos que deben cumplir los planteles participantes: comité ambiental, “ecoauditoría”, integración curricular, plan de acción, seguimiento y evaluación, difusión y código de conducta.

En la Josefita Monserrate de Sellés, el comité ambiental está integrado por 27 niños y niñas de primero a sexto grado. Como parte de sus esfuerzos, han trabajado auditorías de agua, energía y minimización de desperdicios. En el área de biodiversidad, también realizaron una auditoría para evaluar cómo incorporar la siembra en la instalación escolar.

La totalidad de la matrícula de más de 300 estudiantes en la Josefita Monserrate de Sellés ha sido impactada con el programa Eco-Schools durante los pasados dos años.
La totalidad de la matrícula de más de 300 estudiantes en la Josefita Monserrate de Sellés ha sido impactada con el programa Eco-Schools durante los pasados dos años. (Suministrada)

“En el área de energía, los niños se fueron por toda la escuela, verificaron los tipos de bombilla que hay, hicieron un estudio de las temperaturas de los acondicionadores de aire en cada salón, verificaron la temperatura en las oficinas. Todo eso lo vamos monitoreando, lo vamos recopilando y hacemos gráficas”, compartió París con El Nuevo Día durante la actividad de reconocimiento.

Para evaluar el uso del valioso recurso del agua, también hicieron un estudio para conocer, entre otras cosas, cuánto tarda un estudiante en lavarse las manos y si cerraban o no la llave. Pero, según París, el mayor logro se alcanzó en el área de desperdicios sólidos.

“Logramos eliminar los cubiertos desechables a un aproximadamente 95%. Los niños traen sus cubiertos reusables, no hay botellas plásticas en la escuela, todo el mundo trae su botella de agua reusable con su vaso reusable”, explicó.

“En preescolar, logramos eliminar servir el almuerzo en platos desechables, cada estudiante trae el plato de su casa, en una bolsita. Esa bolsita tiene que durar de una a dos semanas para minimizar también el desperdicio de la bolsita, y nos vamos a ir moviendo poco a poco a toda la escuela”, agregó, por su parte, la directora escolar Jessica Bowles.

Uno de los jóvenes que forma parte del comité ambiental es Andrés Erbe, de 11 años, quien resaltó que el espacio le ha ayudado a crear conciencia sobre el ambiente, particularmente la contaminación del aire.

A quienes lean esta historia, Andrés quiso llevar un mensaje: “Que siempre estén tratando de averiguar cómo ayudar más, que ayuden al ambiente, y no es solo ayudar al ambiente, es decirles a otras personas cómo ayudar y, si no sabes, trata de averiguar. Siempre hay algo nuevo que puedes aprender sobre cómo ayudar al ambiente”.

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