Yaniris Molina Aponte ocupará uno de los 12 espacios para estudiantes de nuevo ingreso al doctorado de Inmunología de la Universidad de Harvard.
Yaniris Molina Aponte ocupará uno de los 12 espacios para estudiantes de nuevo ingreso al doctorado de Inmunología de la Universidad de Harvard. (Suministrada)

Era enero del entonces nuevo 2023 cuando, mientras trabajaba en el laboratorio donde labora hace casi dos años, la bióloga boricua Yaniris Molina Aponte recibió una llamada de un número desconocido. Su instinto le dijo que la atendiera y así lo hizo, sin pensar que recibiría una de las noticias más importantes de su carrera: fue admitida en la Universidad de Harvard para realizar su doctorado en Inmunología.

La egresada de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Humacao estaba incrédula. Consideraba que ya había sido un logro llegar al proceso de entrevistas presenciales, en la sede de la Escuela de Medicina de la prestigiosa institución, en Boston.

“Cuando apliqué, yo ni pensé que iba a tener una entrevista. Así que, cuando me la dieron yo dije ‘¿qué?’. Pero, a la misma vez, dije ‘voy a hacer lo mejor que pueda’“, recordó sobre el proceso que duró un fin de semana y en el que era la única latina presente.

Como si fuera poco, el docente que le dio la noticia le comunicó que al evaluar su solicitud se dio un hecho poco común. “Él me dijo básicamente que, cuando fueron a discutir mi portafolio, el comité dijo unánimemente: queremos admitir a esta persona en nuestro departamento”, contó en evidente asombro, al tratarse del principal programa doctoral de Inmunología en el mundo, según los rankings de distintas organizaciones.

Desde la Universidad de Johns Hopkins -donde se desempeña como investigadora asistente- y entre lágrimas de felicidad, llamó a su mamá para contarle la noticia. Más allá de un logro personal, este representa un paso más que le acercaba a su sueño de aportar a la investigación de la enfermedad que afectó la vida de muchas de las personas de su familia materna: el cáncer.

“Pasamos muchas cosas, así que, al final, lograr eso, sentía que no lo estaba logrando solamente por mí, lo estaba haciendo por mi comunidad y por mi propia familia”, contó sobre el momento que describió como “wholesome” o gratificante.

Acercamiento a las ciencias

Durante su infancia, Molina Aponte pasó mucho tiempo en la finca de sus abuelos maternos, en el barrio Tejas de Yabucoa. Allí, despertó su curiosidad por los seres vivos, particularmente por los animales.

Esas constantes ganas de aprender eran incentivadas particularmente por su abuela, quien intentaba responder todas las dudas de su nieta.

“Mi abuela era una persona bien empática, bien inteligente. Le gustaba leer sobre todo, veía las noticias y sabía un poco de todo”, rememoró sobre la persona a quien reconoce como “central” en su vida.

De hecho, junta a ella, realizó su primer experimento, en el que vio el desarrollo de una oruga hasta que se convirtió en una de las mariposas monarcas que merodeaban la finca.

De niña, ayudaba a sus abuelos a atender a los animales de su finca. En la foto, Molina Aponte junto a su abuelo materno, Juan Ramón.
De niña, ayudaba a sus abuelos a atender a los animales de su finca. En la foto, Molina Aponte junto a su abuelo materno, Juan Ramón. (Suministrada)

Dado a su estrecho vínculo, en medio de su adolescencia, recibir la noticia de que su abuela fue diagnosticada con cáncer, fue sumamente difícil. Más aún cuando, tras su fallecimiento, otros familiares cercanos también se les detectó esta grave enfermedad.

“Estábamos cogiendo una clase de genética, en grado 10, y recuerdo que ahí me pregunté ‘si hay cosas que se heredan, ¿esto [el cáncer] se puede heredar?’. La pregunta siempre estaba en mi mente y entonces supe que esto era lo que tenía que hacer”, dijo sobre el momento que supo que debía estudiar alguna concentración en las ciencias desde la que pudiera colaborar en explicar el cáncer.

Desarrollo profesional

Molina Aponte ingresó, en 2015, a la UPR en Humacao con la meta de estudiar Medicina. Pero pronto se enamoró de la investigación científica, cuando se integró a un laboratorio de uno de sus profesores, en el que realizó estudios relacionados a química y microbiología.

“Allí fue que yo aprendí a pensar críticamente, a cómo desarrollar mis proyectos”, aseguró.

En la foto, Molina Aponte presenta el trabajo que realizó durante un programa de verano de la Universidad de Michigan, especializado en biología del cáncer.
En la foto, Molina Aponte presenta el trabajo que realizó durante un programa de verano de la Universidad de Michigan, especializado en biología del cáncer. (Suministrada)

Cuando culminó su bachillerato, en mayo de 2020, sabía que quería continuar desarrollándose en otras investigaciones, previo a realizar estudios graduados. Así, en medio de la pandemia por COVID-19, se mudó de Humacao a Baltimore para trabajar como investigadora asistente en la Universidad de Johns Hopkins. En esta prestigiosa institución trabajó en investigaciones realizadas en moscas, para estudiar el desarrollo celular, particularmente de sus ojos.

Más allá de desarrollarse intelectualmente, uno de los aspectos que le parecen cruciales de esta experiencia es que aprendió a realizar postulaciones académicas efectivas tanto para becas como para estudios graduados.

Por ejemplo, sus compañeros y mentores en el laboratorio le ayudaron con retroalimentación y guía en el proceso previo a recibir la prestigiosa beca del “Graduate Research Fellowship Program” de la Fundación Nacional de Ciencias. Además de ser una importante distinción en el mundo de las ciencias, la beca le permitirá estudiar su doctorado de manera gratuita y le proveerá un estipendio mensual y aportaciones monetarias para asistir a actividades de desarrollo profesional, como conferencias internacionales.

Molina Aponte junto a dos de sus compañeras en el Laboratorio Johnson de la Universidad de Johns Hopkins.
Molina Aponte junto a dos de sus compañeras en el Laboratorio Johnson de la Universidad de Johns Hopkins. (Suministrada)

La importancia de la representación y las oportunidades

Molina Aponte reconoce que, sin el apoyo de las personas que conocían del proceso de postulaciones, el resultado de las solicitudes, tanto a la beca como a los estudios graduados, pudo haber sido completamente diferente.

Destacó que la representación de grupos históricamente excluidos, como las personas hispanas y las negras, sigue siendo un reto. Entiende que, más allá de la capacidad, se trata de que no están las mismas oportunidades.

“Si no tuviste la oportunidad de que te explicaran cómo hacerlo, obviamente no vas a saberlo, pero no es porque no te lo mereces o que no eres capaz; simplemente es que no tuviste la oportunidad”, puntualizó la joven de 26 años.

Yaniris Molina Aponte ofrece una charla sobre Biología a estudiantes del Colegio San Antonio Abad, la escuela donde realizó sus estudios de intermedia y superior.
Yaniris Molina Aponte ofrece una charla sobre Biología a estudiantes del Colegio San Antonio Abad, la escuela donde realizó sus estudios de intermedia y superior. (Suministrada)

Una de sus aspiraciones, ahora que ha logrado lo que muchas personas como ella escasamente alcanzan, es compartir el conocimiento. En esta gesta, Molina Aponte mentorea a estudiantes de la UPR en Humacao y, en Estados Unidos, recientemente se unió a la organización Científico Latino, que aboga por la representación hispana en las ciencias.

“No es solo que haya llegado aquí, es lo que representa para mi familia, para mi comunidad y para establecer que, aunque no hemos ocupado estos espacios antes, los estamos ocupando ahora. La meta no es que se termine conmigo, la meta es traer más personas”, concluyó.

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