Más allá de sus hermosas flores, la zona de Aibonito y Barranquitas posee una de las maravillas naturales de mayor envergadura en el Caribe Isleño: el Cañón de San Cristóbal, una impresionante estructura geológica formada hace millones de años.

Con una extensión de, aproximadamente, nueve kilómetros, este majestuoso tesoro por donde discurre el río Usabón, es custodio de una colosal muestra de flora y fauna, con 600 variedades de plantas y cerca de 300 especies de animales.

Por si fuera poco, este “accidente geográfico” ostenta la cascada de mayor elevación en Puerto Rico. Se trata del Salto El Ancón el cual tiene 300 pies de altura, además de otros torrentes que embellecen, aun más, el paradisiaco entorno.

De acuerdo con el geólogo Roberto Julio Cerpa Rondón, intérprete ambiental de la reserva natural rescatada y manejada por la organización Para la Naturaleza, “esto es una maravilla, para ser Caribe Isleño, es uno de los representativos de cañón más grandes”.

“Prácticamente, es una estructura geológica formada por los procesos de erosión que han cortado las rocas y han creado esta estructura profunda con ese valle estrecho, que es por donde corren ríos y es lo que llamamos cañón”, explicó el geólogo de 40 años.

“El río Usabón es el que está corriendo al fondo. No obstante, no es el único río que está entrando al cañón. Estamos hablando de que, por parte de Aibonito, entra el río Aibonito y por parte de Barranquitas, entra el río Barranquitas. Hay otras quebradas que le suplen agua y toda esta agua discurre hacia la cuenca del río La Plata”, apuntó.

En cuanto al proceso de formación, Cerpa Rondón detalló que el cañón tiene dos tipos de rocas: volcánica y sedimentaria.

“Las rocas volcánicas datan de unos 100 millones de años. Uno piensa en estos procesos son tan aislados de nosotros, pero los tuvimos en el Caribe cuando estaba formándose Puerto Rico. En la actualidad, están mucho más alejados. Eso flujos de lava son los que crean, mayormente, las paredes que están verticales, bien bonitas, como estructura acañoneada”, detalló el egresado de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.

Mientras, las rocas sedimentarias, “mayormente con estratos o capas, son un poco más débiles y un poco más jóvenes también, con cerca de 70 millones de años”.

“Aquí verán estructuras diferentes a lo que es el cañón; estructuras bien verticales en la (estructura) volcánica y pendientes más suaves en las paredes de rocas sedimentarias y ahí es donde mayormente se encuentran ubicados los bosques”, sostuvo.

Asimismo, mencionó que, en Puerto Rico hay cañones más pequeños, entre estos, el Cañón Las Bocas, ubicado entre Comerío y Barranquitas.

“Con esta extensión, en Puerto Rico, estas características (de cañón) son únicas. La zona que protegemos es prácticamente la mitad del cañón. El cañón consta de unas caídas de agua bien impresionantes; tenemos desde el Salto la Niebla, Salto la Vaca, el Ancón, entre otros. Visualmente (son cascadas) muy atractivas”, esbozó.

Otra de las características de la zona es la riqueza de su ecosistema.

“Aquí puedes ver cerca de 600 especies de plantas diferentes y cerca de 300 especies de animales diferentes. Entre las plantas, árboles nativos, puedo mencionar el árbol gigante de guamá que da tremenda sombra y buen fruto. También otros árboles como guaraguao y otras plantas que hemos traído que son especies en peligro de extinción”, asintió.

“Hay especies que protegemos como, por ejemplo, el palo de nigua; ese árbol es endémico de Puerto Rico y donde único lo conseguimos es en una montaña en Barranquitas y la hemos reproducido en el vivero y está sembrado en varias partes de la reserva, que es una reserva bastante extensa, de unas 1,778 cuerdas de terreno, aproximadamente”, acotó.

De otra parte, en cuanto a fauna, el lugar alberga unas 300 especies.

“De los favoritos, son las aves como el guaraguao de cola roja; (tenemos) endémicas como el san pedrito, la calandria y visitantes en temporada como el Julián Chiví y las reinitas migratorias”, apuntó.

Igualmente, “podemos ver animalitos un poco más carismáticos como las mariposas que son polinizadoras importantes; entre estas, la monarca que, actualmente se ve limitada por la pérdida de hábitat, pero acá en la reserva proveemos espacios para que las plantas que ellas hospedan y también polinizan, puedan estar disponibles para ellas”.

“También hay peces, camarones, buruquenas y especies que han ido acercándose porque el cañón fue utilizado como un vertedero por más de 25 años. No es hasta que la organización Para la Naturaleza adquiere terrenos aledaños, que entonces pone portones y se evita esa práctica. Los terrenos se adquieren en 1973″, reveló.

Sin embargo, para visitar esta maravilla natural, se recomienda contactar a la organización Para la Naturaleza, por cuestiones de seguridad.

“Hay áreas que se pueden acceder. Se recomienda, por asunto de seguridad, que baje con algún guía que tenga conocimiento. En este caso, nosotros como organización, aunque ahora mismo no estamos ofreciendo los tours abajo al cañón, pero tenemos veredas autoguiadas a donde puede llegar a estos puntos de acceso: Finca Don Félix y Finca Suñé”, advirtió.

“Si interesara el servicio de tours guiados, tenemos este tipo de actividades en paralanaturaleza.org. El tour más fácil es el básico del nivel 1; es de una hora y 30 (minutos) de duración. El otro, que es el cañón desde arriba tiene dos horas y 30 minutos (de duración). El nivel 1 y nivel 2, son terrenos bastante llanos, tienen unas inclinaciones poco elevadas, son caminables”, argumentó.

Para detalles: paralanaturaleza.org o el 787-722-5834.