Lograr que la semilla del conocimiento agrícola germine en las nuevas generaciones, es parte de la misión de Finca Noa, en Toa Baja, un espacio que -más allá de ser un proyecto agroecológico-, se ha convertido en un salón de clases al aire libre, donde la tierra es la mejor pizarra para aprender destrezas sobre la siembra y cosecha de alimentos.