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Carlos Cruz y Carmen Umpierre son los agricultores a cargo del proyecto que promete una enriquecedora aventura.
Carlos Cruz y Carmen Umpierre son los agricultores a cargo del proyecto que promete una enriquecedora aventura. (Isabel Ferre Sadurni Photography)

Lograr que la semilla del conocimiento agrícola germine en las nuevas generaciones, es parte de la misión de Finca Noa, en Toa Baja, un espacio que -más allá de ser un proyecto agroecológico-, se ha convertido en un salón de clases al aire libre, donde la tierra es la mejor pizarra para aprender destrezas sobre la siembra y cosecha de alimentos.

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