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Parada obligada en La Granja de Guajataca

Con más de 70 años en Quebradillas, esta casona de madera es uno de los negocios más antiguos y emblemáticos de este pueblo

4 de junio de 2023 - 12:39 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
La Granja de Guajataca ubicada en la PR -2, es un negocio que se dedica a la venta de dulces tipicos y souvenirs de Puerto Rico. (XAVIER GARCIA)

La Granja de Guajataca es una parada obligada para cientos de personas que transitan día a día por la carretera PR-2, desde y hacia el oeste del país.

Establecida hace más de 70 años en Quebradillas, esta casona de madera se ha convertido en un punto de interés para turistas que quieren adquirir algún souvenir de su visita a la isla, miembros de la diáspora que quieren llevarse un pedazo de Puerto Rico con ellos o residentes que, de paso por el oeste, quieren aprovechar para degustar dulces típicos. Entre ellos, la mazamorra (natilla de maíz tierno), mampostiales, queso de hoja con pasta de guayaba, las suculentas frituras del país o, el conocido cuajito de cerdo que se vende en el lugar, entre otras muchas cosas.

Fue Luis A. Reyes, el tío de María V. Medina, de 84 años -la actual propietaria- quien estableció el negocio que en sus orígenes se dedicaba a la venta de pollo asado en una terraza al aire libre. “Nosotros nos reíamos porque decíamos que él era loco. Porque tenía unas ideas brillantes, pero cambiaba todo el tiempo. Y después de 15 años, le compramos el negocio”, recordó.

Maria V. Medina Estremera y su hijo José Domingo Fernandez Estremera  son los propietarios de La Granja, en la PR -2 en Quebradillas, un negocio establecido hace más de 70 años.
Maria V. Medina Estremera y su hijo José Domingo Fernandez Estremera son los propietarios de La Granja, en la PR -2 en Quebradillas, un negocio establecido hace más de 70 años. (XAVIER GARCIA)

Proveniente de una familia de comerciantes, junto a su fenecido esposo, Domingo Fernández -quién según Medina, en una ocasión le vendió una planta de moriviví (mimosa púdica) a un turista norteamericano-, comenzaron a innovar y a transformar el negocio. Eventualmente desaparecieron los pollos asados y llegaron las frituras y los dulces típicos y así comenzó a anquilosarse la fama de La Granja.

Sin embargo, Medina y su hijo, José Domingo Fernández Medina, de 52 años y quien hoy por hoy tiene a cargo el negocio junto a su madre, comentaron que no se dieron cuenta de la notoriedad del negocio de manera instantánea. “Yo trabajé como ingeniero 17 años. Tengo acá de ocho a diez años. Yo pensaba tener mi profesión, trabajé mi tiempo allá y vi lo que era aquello y lo que era esto”, narró Fernández Medina.

“Cuando empecé a trabajar en la industria farmacéutica que la gente me hablaba del negocio, ahí fue que yo me di cuenta de lo que era el negocio. La gente me decía ‘mira, yo fui con mi abuelo’, o me preguntaban: ‘¿cuándo van a traer la mazamorra para ir?’. Tenía que llevar cosas de aquí para allá. Y en esa interacción con la gente fue que me di cuenta de que el negocio era un legado. Que hay gente que lo vive y lo espera”, manifestó Fernández Medina.

Medina, por su parte, relató haber tenido una experiencia similar cuando aún el establecimiento era propiedad de su tío. En aquel entonces, la veterana comerciante comenzaba a trabajar en el Negociado de Bebidas del Departamento de Hacienda y un buen día su jefe llegó hablándole de un negocio que visitó en Quebradillas porque le habían hablado del dulce de coco que vendían en el lugar que resultó ser la empresa de su familia.

Precisamente, hoy el establecimiento sigue siendo uno familiar, madre, hijo, nuera, sobrinas y otros familiares atienden al público. Mientras que, aunque los dulces típicos y las frituras se encargan de atraer a los clientes, Medina apuesta a que el éxito de La Granja de Guajataca estriba no solo en la calidad de los productos que se venden en el lugar, sino también en el trato al público.

Por su parte, Fernández Medina añadió que esa sazón que por años han mantenido los productos que venden es esencial. “Lo más importante es mantener la sazón. El cuajo que se hace aquí es una receta que lleva 30 años. La alcapurria es una receta que también lleva 30 años. Tú le puedes ofrecer cosas nuevas, pero ese sabor de antes que ellos buscan debe estar ahí”, dijo.

Aunque La Granja de Guajataca sigue siendo un lugar muy popular, con el tiempo la clientela ha evolucionado, al punto de que madre e hijo coinciden en que, en la actualidad, probablemente el cliente principal de su negocio es el puertorriqueño de la diáspora de visita en la isla. Mientras que, aunque es un lugar muy concurrido todo el año por su ubicación, hay un mayor flujo de clientes los días feriados, Semana Santa, verano y Navidad.

Para información adicional, puede llamar al 787-895-2614.

El Nuevo Día y Primera Hora publicarán historias para visibilizar los encantos de la isla y empoderar voces puertorriqueñas.
El Nuevo Día y Primera Hora publicarán historias para visibilizar los encantos de la isla y empoderar voces puertorriqueñas. (GFR Media)
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