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Reloj de Puerto Rico: obra artesanal que marca el tiempo

Con 6,000 plantas que le dan color, el artefacto se impone como una de las más impresionantes bellezas de la “Ciudad de las Flores”

15 de abril de 2024 - 11:10 PM

Una colorida esfera, de 34 pies de diámetro, se luce con 6,000 plantas en el barrio Asomante. (Isabel Ferre Sadurni)

El Reloj de Puerto Rico, en Aibonito, se ha convertido en una atracción turística para el público local y visitante por su enorme tamaño y las más de 6,000 plantas que le dan color al tiempo que marca esta obra artesanal.

El matrimonio compuesto por Eduardo y Jeanny Ibarra viajó a Canadá sin pensar que una visita al reloj floral de las Cataras del Niágara, les cambiaría la vida para siempre.

“Mi esposo, el doctor Eduardo Ibarra, y yo estuvimos de viaje en Canadá, donde él estaba dando unas conferencias, y fuimos a visitar el reloj de flores de las Cataratas del Niágara, que están en el lado canadiense. Quedamos maravillados con el reloj y el concepto”, confesó Ibarra, quien es la propietaria del Jardín de Jeanny en Aibonito, donde está ubicado el artefacto que mide 34 pies de diámetro.

“Cuando regresábamos, le dije en el camino que ya tengo las flores, lo que necesito es el reloj. En ese momento no me contestó. Pero en el avión, en el vuelo de regreso, me dice: ‘¿qué tal si hacemos ese reloj en Aibonito?’, y yo me emocioné y le dije: ‘dale, de inmediato’”, recordó.

Ya con la idea, las flores y la motivación de hacer un reloj de esa magnitud en Puerto Rico, la pareja comenzó la ardua tarea de conseguir expertos para hacerlo una realidad.

Así, dieron con la empresa Relojes Centenario, capitaneada por una familia de Puebla, en México, que, por más de 100 años, se ha dedicado a la elaboración de estos aparatos de monumental tamaño.

Jeanny Ibarra, quien creó el proyecto junto a su esposo Eduardo Ibarra, muestra cómo opera el enorme aparato que se ha convertido en un importante atractivo de este pueblo.
Jeanny Ibarra, quien creó el proyecto junto a su esposo Eduardo Ibarra, muestra cómo opera el enorme aparato que se ha convertido en un importante atractivo de este pueblo. (Isabel Ferre Sadurni)

“Nos comunicamos con ellos… Fue una experiencia impresionante. Tienen un museo del reloj lleno de toda la historia de esta familia y los relojes que han hecho. Allí nos enseñaron cómo se haría el proyecto y vinieron aquí (Aibonito) para ver dónde sería el proyecto y ver si podían cumplir con nuestras expectativas. Ellos quedaron fascinados con el área”, indicó Ibarra.

“Ellos (empresa mexicana) nos enviaron el plano arquitectónico para la parte de cemento. Todo lo que se hizo aquí, se hizo con manos puertorriqueñas. Toda la mano de obra es local”, destacó la empresaria.

“Estuvimos casi un año trabajando. Tan pronto se hizo la estructura, ellos enviaron el reloj por avión; y ese mismo día llegaron los ingenieros y arquitectos de México para montarlo. Se tardaron dos días”, informó Ibarra.

“Cuando el reloj comenzó a dar vueltas y a sonar, no puedo explicar mi emoción en ese momento”, dijo con voz entrecortada.

Todos los días, a las 12:00 del mediodía, el reloj da las 12 campanadas y suena la melodía del himno de Puerto Rico.

El matrimonio Ibarra escogió, además, otras piezas musicales que se enviaron a México para crear las partituras que suenan en el carillón musical, como parte de la maquinaria que está bajo el reloj en el cuarto de control.

“La música la vamos cambiando, dependiendo de la época. En Navidad, tocó ‘Campana sobre Campana’, ‘Noche de Paz’; del 1 al 12 de diciembre, estuvo ‘La Guadalupana’. Tenemos también el ‘Avemaría’ a las 3:00 p.m. y, a las 5:06 p.m. se toca ‘En Mi Viejo San Juan’”, detalló Ibarra.

El diseño dentro del reloj, que en este momento es una mariposa, es creado con cerca de 6,000 flores y varía, al igual que la música, dependiendo de la época del año.

“Trabajamos las flores con un agrónomo paisajista local. Él nos hace los planos con flores que podemos mantener con un mismo riego. Las flores que están a las 6:00 p.m. son las que necesitan más agua porque por gravedad le bajará el agua de las que están arriba”, explicó Ibarra. “El sistema de riego está medido y automatizado con un sensor de lluvia”, añadió.

El reloj, que fue inaugurado el pasado 4 de octubre de 2023, tiene una inclinación de 20 grados que permite disfrutar la vista hacia las montañas.

Una maquinaria hecha a mano

Bajo el monumental artefacto está el cuarto de control, cerrado bajo llave y en el que se encuentra la obra maestra hecha en México para Puerto Rico.

“Es una obra artesanal completamente hecha a mano. Los cristales se fundieron para hacer los engranajes pensando en la humedad y en el salitre de Puerto Rico, y que tengan la fuerza para que el reloj se mueva por su gran tamaño”, mencionó Ibarra.

El aparato está diseñado, además, para autoprogramar la hora correcta en caso de ocurrir algún evento que la cambie. Si surgen avisos de vientos fuertes o algún fenómeno atmosférico, se apaga.

El Reloj de Puerto Rico está abierto de lunes a jueves de 8:00 a.m. a 5:00 pm., y de viernes a sábado, de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. La entrada tiene un costo de $5.

“El lema de nuestro reloj es ‘Ser felices cada Minuto de nuestro Tiempo de vida’. Y la palabra minuto y tiempo la ponemos en mayúscula porque para nosotros el tiempo es lo único que tenemos. Dios nos da a todos por igual 24 horas al día, y queremos resaltar la importancia del tiempo en nuestras vidas”, sentenció Ibarra.

Para más información, pueden llamar al (787) 372-0089.

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