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Mientras la mayoría de las personas dormían en la madrugada del miércoles, un terremoto sacudió el béisbol.
Así se puede describir la noticia de que el acuerdo por $350 millones y 13 temporadas del puertorriqueño Carlos Correa con los Giants de San Francisco no prosperó, para que luego el boricua —casi enseguida— lograra un nuevo pacto de 12 años por $315 millones con los Mets de Nueva York.
Fueron dos noticias en una con las que despertó la afición del béisbol. Pero igual de noticiosas resultaron las razones por las que la gerencia de los Giants falló también en firmar al cotizado campocorto boricua luego de fracasar hace unas semanas en fichar al jardinero Aaron Judge.
¿Cuáles fueron las razones? Es algo que no quedó del todo precisado más allá de lo que indican los reportes de prensa iniciales, que señalaron que los Giants y el agente de Correa, Scott Boras, tuvieron diferencias de criterio respecto al examen médico realizado al pelotero antes de que se firmara el contrato.
Los exámenes médicos rigurosos son, aunque parezca un mero formalismo, una manera en que los clubes se aseguran que la inversión que están haciendo a largo plazo en un jugador sea meritoria y represente el menor riesgo posible.
No obstante, según aclararon dos agentes de peloteros entrevistados por El Nuevo Día, el hecho de que haya una discrepancia entre las partes respecto a los resultados de una evaluación médica previo a la firma de un contrato, no significa automáticamente que hayan encontrado una lesión.
“La primera razón sería que no pasó el examen”, opinó el agente local Melvin Román, cuando se le preguntó qué factores podrían incidir para que en este o cualquier otro caso, se caiga un acuerdo de tal magnitud.
En ese sentido, Román dijo que en todo acuerdo existe como medida de contingencia un remedio para que en caso de que una evaluación médica al jugador encuentre una anomalía, el equipo tenga opciones. Esas opciones pueden ser deshacer el acuerdo renunciando a la firma de un jugador, o modificar el borrador del contrato.
“Cada equipo tiene su lenguaje de lo que es el contrato garantizado. Hay equipos que se salen del acuerdo, y hay otros equipos que tratan de manipular el lenguaje del contrato”, explicó Román, el único agente que representó durante toda su carrera al receptor boricua Yadier Molina.
Todo apunta a que los Giants optaron por cambiar el contrato, pues según informes de prensa que circularon desde temprano en la mañana de ayer, hubo diferencias de criterio entre las partes. De hecho, los Giants cancelaron el martes la conferencia de prensa en la que presentarían a Correa como su nuevo campocorto para la temporada 2023.
En Nueva York, todo indica que Correa jugará en la tercera base con los Mets, ante la realidad de que su compatriota Francisco Lindor ya ocupa la posición del campocorto con un histórico acuerdo de $341 millones por 10 temporadas firmó en 2021 y que entró en vigor en 2022.
Más tarde el miércoles, el propio Boras pareció confirmar esas diferencias cuando dio una entrevista a Ken Rosenthal, de The Athletic, y señaló que aparte de que le habían concedido a los Giants un marco de tiempo para concretar el pacto, lograron probar que Correa —ganador del Guante de Oro de 2021 y Novato del Año de la Liga Americana de 2015— está saludable.
“Llegamos a un acuerdo. Teníamos una carta de acuerdo. Les dimos un marco de tiempo para ejecutarlo”, le dijo Boras a Rosenthal. “Nos dijeron que todavía tenían preguntas. Todavía querían hablar con otras personas, otros médicos; revisarlo”.
Al cumplirse el término, Boras dijo que necesitaba salir a negociar con otros equipos y no esperar más. Según Boras, las dudas que podían haber en cuanto a la salud y el historial pasado de lesiones de Correa, quedaron despejadas desde el pasado invierno.
En ese momento, cuando Correa contrató a Boras, el agente le pidió al boricua que se fuera a evaluar donde un reputado médico especialista en condiciones de la columna vertebral en atletas profesionales. El Dr. Robert Watkins entonces le hizo una amplia evaluación y le entregó “una certificación de buena salud”.
Saludable, según Boras
“Hicimos una revisión médica detallada de los registros médicos pasados y presentes de Carlos y organizamos una serie de exámenes médicos”, dijo Boras a Rosenthal. “Los hallazgos confirmaron a un jugador de élite y saludable, y descartaron cualquier preocupación rumorada”.
Lo cierto es que a pesar de la percepción generalizada de que Correa es propenso a lesiones, el campocorto ha tenido dos campañas completas saludable en 2021 y 2022. En 2021, incluso, se ganó el primer Guante de Oro de su carrera, además de recibir también el Guante de Platino. Y en 2022, aunque no obtuvo el premio, volvió a ser finalista entre los campocortos de la Liga Americana.
Para el también agente de peloteros Edwin Rodríguez Rodríguez, el hecho de que los Giants hayan estado dispuestos a soltar $350 millones de primera intención, y que los Mets se estén comprometiendo por $315 millones, no puede ser indicativo de que tengan algún temor de lesiones.
Para Rodríguez, quien representa al lanzador taponero boricua Edwin “Sugar” Díaz y acaba de conseguir para su cliente un contrato récord para un relevista, con el pacto por $102 millones y cinco campañas acordado con los propios Mets, el hecho de que haya un señalamiento en una evaluación médica no quiere decir siempre que encontraron una lesión.
En este caso de Correa, y de otros en el pasado, puede tratarse de algún indicativo de que ‘X’ o ‘Y’ jugador podría ser propenso a una lesión en particular o incluso a alguna condición. En otras palabras, que puede ser una bandera que se levanta, pero basada no en una lesión real actual, sino en una proyección médica.
En 2021, su último año con los Astros de Houston, Correa participó en 148 partidos y estableció un récord personal de 26 cuadrangulares. En 2021, tras pactar con los Twins de Minnesota como agente libre por tres campañas y $105.3 millones, jugó 136 encuentros, hilando dos temporadas al hilo en completa salud, luego de estar aquejado por lesiones y dolencias, particularmente en 2018 y 2019.
“Tal vez este ha sido el (acuerdo) más grande en el que haya surgido una discrepancia”, dijo Román.
“Pero, si te fijas, por eso es que las partes no confirman un acuerdo, por estas razones”, agregó, refiriéndose a que todo pacto está sujeto a que el pelotero pase satisfactoriamente su examen médico.
Empero, Román dijo que aparte de los agentes de un jugador, los equipos están conscientes y también tienen la información de historial médico de los peloteros que interesan.
Rodríguez, por su lado, piensa que el acuerdo tras la oferta de Nueva York a Correa, es muy bueno, y no lo ve como una rebaja por la preocupación que pudieran tener los Giants respecto a su condición.
Más de $26 millones al año
En efecto, el promedio salarial de Correa con los Giants hubiera sido de $26.9 millones por año, mientras que con los Mets será de $26.2 millones. Y curiosamente, si se suman los $35.1 millones que ya se ganó en 2022 con los Twins, habrá sumado $350 millones al terminar la campaña 2034 y su largo acuerdo con los Mets.
“Son $35 millones menos (que la oferta de los Giants), pero recuerda que le bajaron un año (a la extensión del contrato). Y posiblemente le bajaron un año por todo lo que han invertido los Mets en agentes libres”, dijo Rodríguez, recordando que ya son sobre 800 millones de dólares que los Mets han comprometido a largo plazo en agentes libres, tan solo en este periodo muerto.
Rodríguez también puso en contexto que no podía haber dudas sobre la condición de Correa entre los clubes que lo persiguieron en este periodo de agencia libre, cuando los propios Twins hicieron una oferta de $285 millones. Y esa oferta llega luego de que Minnesota firmó al boricua el año pasado por $105.3 millones, a tres años, aunque Correa terminó por ejercer su cláusula de salida luego de la primera temporada.
Si hay alguien que conoce la condición de salud de Correa, son entonces los Twins, a juicio de Rodríguez.
En cuanto a los Mets, aparte de los $315 millones a Correa, si se concreta el pacto, hay otros que ya oficializaron como los $162 millones a Brandon Nimmo, los $102 millones a Edwin Díaz y los $86.6 millones por dos temporadas al lanzador Justin Verlander, excompañero de Correa en los Astros.
Súmele, entre muchos otros contratos vigentes, el que entró en vigor en la temporada 2022 del campocorto puertorriqueño Francisco Lindor, por 10 temporadas y $341 millones, y sabrá por qué es que en 2023 la nómina de los Mets de $384 millones será por mucho la más cara de la historia de Grandes Ligas, sin contar que la gerencia deberá pagar $111 millones adicionales en impuesto de lujo por sobrepasarse del tope.