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VIENA.- Si en 1920 fue posible organizar el primer Festival de Salzburgo, en medio de la destrucción dejada por la I Guerra Mundial, desde hoy va a celebrar sus centenario en una edición que quiere desafiar, con precaución, a la pandemia de coronavirus, para demostrar que la cultura puede existir en tiempos de crisis. Ese doble reto, cumplir un siglo bajo el coronavirus, ha sido asumido por el Festival con la decisión de no cancelar, como sí han hecho certámenes como Bayreuth, Praga o Edimburgo.