Fernando Botero, el artista colombiano más célebre conocido por sus esculturas de voluptuosas figuras, falleció este viernes a los 91 años.
Fernando Botero, el artista colombiano más célebre conocido por sus esculturas de voluptuosas figuras, falleció este viernes a los 91 años. (David Villafane/Staff)

El mundo de las artes está de luto ante la muerte del reconocido pintor y escultor colombiano Fernando Botero, quien falleció ayer, viernes, a los 91 años.

El artista que nació en Medellín dejó de ser de la “Ciudad de la Eterna Primavera” para ser del mundo, ya que el reconocimiento de su obra artística se conoce a nivel internacional. Tanto así que es de los pocos artistas latinos que cuenta con decenas de obras vendidas a nivel mundial por más de un millón de dólares.

En el 2022, su escultura “Hombre a caballo” logró venderse por un valor de $4.3 millones, estableciendo un récord en la casa de subastas Sotheby’s y Christie’s.

Además de su natal Colombia, Puerto Rico es considerado como uno de los países latinos con una gran exhibición de sus famosas esculturas que elogian y visibilizan la belleza de los cuerpos y figuras voluptuosas. Cerca de diez esculturas, pertenecientes en su mayoría a coleccionistas privados, se exhiben en diferentes lugares de Puerto Rico.

En el hotel The St. Regis Bahía Beach Resort, en Río Grande, se instalaron el año pasado cuatro esculturas en bronce de Botero, pertenecientes al empresario estadounidense John Paulson, presidente de Paulson & Co. Las cuatro piezas de arte son: Leda y el Cisne, El Rapto de Europa, Mujer Reclinada con Fruta, y Mujer a Caballo. De hecho, esta hospedería es el único lugar, fuera de Colombia, con cuatro obras del colombiano.

“En Bahía Beach Resort y St. Regis Hotel, consideramos un honor sin igual el ser el único enclave, fuera de Colombia, que cuenta con cuatro extraordinarias obras “Monumental Bronzes” del renombrado maestro del arte contemporáneo a nivel mundial, Fernando Botero. Estas piezas, más que meros tesoros artísticos, se han convertido en elementos fundamentales de nuestra comunidad”, resaltó mediante declaraciones escritas enviadas a este medio, Rolando Padua, presidente de Paulson Puerto Rico.

Paulson es el principal coleccionista de esculturas de Botero en Puerto Rico con seis piezas. Entre estas, la monumental escultura “Mujer sentada” que llegó en febrero de 2017 a la American International Plaza, en la Milla de Oro en San Juan. También está en esa misma área la escultura “Caballo”, creada en bronce en el año 2013. La majestuosa obra fue fundida en Italia y cuenta con 11 y ¼ pies altura.

Mientras que la obra “Mujer Reclinada” está instalada en la Plaza de la Cultura, en Minillas, en Santurce.

Además, en el Mirador de Condado se encuentra la escultura en bronce “Mujer e hijo”. La escultura, creada por Botero en 1991, presenta a una mujer sentada pacientemente sosteniendo a un niño en su regazo, en la que el tamaño gigantesco y desproporcionado de la madre empequeñece al menor. La pieza fue igualmente adquirida por Paulson. Asimismo, en Plaza del Caribe, en Ponce, se exhibe la escultura “La Venus”.

El valor de estas piezas en Puerto Rico y de todas las obras de Botero tras su muerte incrementan aceleradamente y con ello una mayor demanda, según confirmó el galerista Walter Otero, propietario de Walter Otero Contemporary Art, en Puerta de Tierra.

Un Botero ahora puede costar el doble. El valor se duplica y hasta se puede triplicar. No me atrevo a dar una cifra. En lo que va de la mañana de hoy, tras la muerte del artista, he recibido más de 14 llamadas de clientes y coleccionistas VIP que les interesa hacer la inversión de tener una obra de Botero o me han hecho consultas si deben o no comprar o vender una obra. En mi caso, conozco al hijo de Fernando Botero y, además, conozco al representante en Estados Unidos de las obras de Botero, en ese sentido, pues he podido orientarlo. La demanda es increíble”, explicó Otero, galerista con más de dos décadas de trayectoria en el mercado de las artes en Puerto Rico.

Otero reconoció que como inversión, la adquisición de una obra del artista colombiano es imperdible para quienes tengan el acceso y el capital a una escultura o pintura de Botero. El galerista resaltó que el legado de Botero, donde se destaca la “belleza de los cuerpos con volumen”, lo llevó a convertirse en uno de los artistas más comerciales en la historia contemporánea y moderna.

El curador del Museo de Arte de Puerto Rico, Juan Carlos López Quintero, señaló que el valor de una obra de arte de un artista fallecido incrementa por razones obvias: “Ya que no va a producir más y lo que produjo es lo existente”.

“La respuesta sencilla es que el artista ya no va a poder seguir haciendo sus obras, así que es lo que exista en el mercado. Por otra parte, van a haber muchos coleccionistas privados que van a poner las obras a la venta basándose en que acaba de morir. Es una primera reacción ante la ausencia del creador; y el precio y el valor aumentan”, explicó López Quintero.

En el caso de Botero, el curador realza la figura del colombiano como una artista que pudo plasmar en sus pinturas y esculturas lo mejor y lo peor de la comunidad latina en general, aunque todo su concepto parte de su natal y amada Colombia.

“A pesar de que su obra alcanzó un éxito comercial indiscutible, nos representó a nosotros los latinos y los colombianos a nivel mundial. Es una figura conocida por doquier. Fue un artista capaz de representar lo mejor y lo peor de los latinos y de su amada Colombia. Mostró la violencia, la pobreza, el crimen, pero también mostró la parte bella de los latinos, la cultura, el folclor… y eso es innegable”, concluyó López Quintero.

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