El salsero Jerry Rivera recorrió Levittown, el vecindario que lo vio crecer. Aquí posa con la casa en la que vivió. (Ram—n "Tonito" Zayas)

Tuvo la oportunidad de entrar al hogar. (Ram—n "Tonito" Zayas)

Aquí junto a Fernando Castro, quien es el dueño actual de la casa. (Ram—n "Tonito" Zayas)

Su emoción al detenerse en la casa que fue de su familia y que ahora pertenece al toabajeño Fernando Castro, fue tanta que no pudo contenerse y llamó a su esposa vía Facetime. (Ramón “Tonito” Zayas)

Se encontró con su antiguo vecino Milton Trinidad, quien validó todas las veces que escuchó a Jerry cantar los temas del fenecido Frankie Ruiz (Ramón “Tonito” Zayas)

Su exvecino recordó que “jugaba bien baloncesto y que siempre se pasaba correteando por las calles”. (Ramón “Tonito” Zayas)

En el parque donde pasó mucho tiempo de niño. (Ramón “Tonito” Zayas)

Jerry Rivera atribuyó su ausencia de los escenarios en la isla, a que no tuvo un equipo de trabajo y un manejo responsable en dedicarse de lleno a Puerto Rico. (Ramón “Tonito” Zayas)

Jerry Rivera debutó en la década de 1990 convirtiéndose en la estrella juvenil del género de la salsa en Puerto Rico. (Ramón “Tonito” Zayas)

El apodado “Bebé de la salsa” alcanzó vertiginosamente popularidad y su música se escuchaba con fuerza en cada rincón de la isla. (Ramón “Tonito” Zayas)