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Con el estreno de Fast X, la “saga de Fast and Furious”, se reafirma estruendosamente como la telenovela más grande, cara y ridícula de la pantalla grande. Esto no es solo por su naturaleza episódica de la narrativa y porque después de casi dos horas y media de película, la producción de Universal Pictures deja correr los créditos finales en lo que se supone que sea un momento de intriga y suspenso y sin concluir el conflicto principal.
A estas alturas, la única técnica de tensión dramática que no ha utilizado en estos filmes es “el hermano gemelo malvado”. Fuera de eso, la película literalmente es más de lo mismo en una escala más grande y sin ningún tipo de interés en crear una narrativa que tenga integridad o lógica en un universo cinematográfico donde se puede llegar al espacio en un carro.
Existe la tentación de defender el que la película claramente no se tome en serio, lo cual no es completamente cierto. Su enfoque exclusivo en disparar los niveles de adrenalina del espectador y en lo impresionante de la ejecución de la acción, que en esta ocasión es dirigida Louis Leterrier ( The Incredible Hulk, The Transporter), es aplastado por un libreto que no busca nada nuevo y lo que hace es reciclar y agrandar. ¿Se supone haya algún tipo de tensión dramática cuando todo el mundo que muere en estas películas está destinado a resucitar en una secuela? Los villanos se convierten en aliados, los aliados traicionan y todo el mundo tiene un hermano, una bisabuela o un primo que permite seguir añadiendo ganadores de Oscars al elenco.
En esta ocasión, Rita Moreno y Brie Larson se unen a Charlize Theron y Helen Mirren. Cada una de estas actrices se ve obligada a tener una escena con Vin Diesel que confirma que el actor se toma el material bien en serio. Para Diesel claramente “Dom” tiene la profundidad de un personaje de Shakespeare. Su ambición es apreciada, pero no deja de ser risible.
El único que triunfa alrededor de las montañas de clichés y pretensiones que tiene la película es Jason Momoa, quien interpreta a un villano que viene a buscar venganza por una acción de los Toretto que le causó una tragedia personal. El que esto sea exactamente igual a los últimos cuatro antagonistas de esta saga, resulta irrelevante. Lo que sí registra es la energía impredecible que Momoa trae al rol. Él sabe exactamente la película que está protagonizando y verlo restregarle eso en la cara a Vin Diesel justifica el precio de admisión. El otro momento que hay que ver para creer es un tiro que hace alusión a uno de los encuadres más famosos de la primera película, pero la cámara se encarga de hacer un recorrido detallado de los brazos musculosos del protagonista y productor del filme.
Aquellos que no van a abandonar “la familia” de estas películas pase lo que pase, deben saber que “Fast X” ha sido concebida como el principio del final. Lo cual significa que después de los créditos hay dos escenas que indican quiénes tomarán la rienda de las tramas. Mientras tanto, Diesel -de seguro- estará ocupado reclutando a más actores que estén dispuestos a canjear su prestigio para ser parte de una oferta ridícula pero indiscutiblemente exitosa.