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Emma Thompson interpreta a la malvada Agatha Trunchbull.
Emma Thompson interpreta a la malvada Agatha Trunchbull. (Archivo)

La primera adaptación de la popular novela de Roald Dahl debutó en 1996, recaudando en Estados Unidos $33.4 millones. Sin embargo, la versión de “Matilda”, que dirigió Danny DeVito con Mara Wilson en el rol protagónico, no fue olvidada y hasta el día de hoy se puede encontrar rotando en el cable (y en las plataformas Netflix y HBO Max).

Las aventuras de la niña maltratada por sus padres, que es enviada a una escuela regida por una malévola directora y que descubre que tiene poderes sobrenaturales, resistieron el paso del tiempo. Es por esta razón que en 2011 la historia también llegó al teatro musical, en una adaptación que fue un éxito y que se convirtió en una nueva película de Netflix.

“Matilda, de Roald Dahl: El musical”, dirigida por Matthew Warchus (el mismo del montaje original), tiene al centro a la talentosa actriz irlandesa Alisha Weir, quien interpreta a Matilda Wormwood, hija de unos padres (Stephen Graham y Andrea Riseborough) que nunca quisieron tener familia y que ni siquiera se preocuparon de llevarla al colegio. Así, la brillante Matilda aprendió a leer muy pequeña y fue adquiriendo conocimientos. Su vida cambia cuando llega al colegio Crunchem Hall, propiedad de la malvada Agatha Trunchbull -Emma Thompson, cubierta por una gruesa capa de maquillaje y envuelta en grotescos vestuarios-, una mujer que odia a los niños y parece más preocupada por hacer sufrir a sus alumnos que de educarlos.

Matilda, en todo caso, llega a la sala de clases de la bondadosa profesora Honey (Lashana Lynch), quien la ayudará a descubrir su potencial y a lidiar con los poderes para mover las cosas a su alrededor. En menos de dos horas, Alisha Weir derrocha carisma en una película en la que su personaje corría riesgo de fácilmente ser opacado por el llamativo histrionismo de Emma Thompson, quien domina todas las escenas en que aparece. De hecho, son los momentos entre ambas los más atractivos del filme.

“Cuando conocí a Emma, ella no estaba en personaje y fue un amor”, ha dicho Weir. “Luego, la vi como Trunchbull y era aterradora. Yo soy muy pequeña comparada con ella, especialmente usando esas enormes botas. Era realmente atemorizante porque es tan realista, pero después de cada escena ella volvía a ser un amor”, agregó.

La cinta tiene música y canciones compuestas por Tim Minchin, el guion de Dennis Kelly y también a parte del equipo que creó la obra teatral (en 1990, otras personas ya habían intentado hacer un musical de “Matilda”, pero esa versión pasó sin pena ni gloria y fue olvidada), que arrasó en los premios Laurence Olivier de 2012.

La película cuenta con una legión de niños bailarines que despliegan un talento impresionante, destacando en coreografías complicadas que incluso ya se han hecho virales en redes sociales. Minchin también creó una canción nueva, titulada ‘Still Holding my Hand”, que es la encargada de cerrar el filme.

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