El 2026 será un año de reinicio cósmico.
Según la astrología, varios tránsitos mayores activarán un nuevo pulso colectivo, invitando a la humanidad a liderar con conciencia, actuar con propósito y redefinir sus estructuras internas y externas.
Entre los eventos más destacados está el ingreso de Saturno y Neptuno en Aries, un signo de fuego que representa el inicio, la identidad y la acción.
Saturno, planeta de la disciplina, entra en Aries el 14 de febrero, marcando un llamado global a asumir responsabilidad por lo que se inicia. Neptuno, símbolo de lo espiritual y lo invisible, también se instala en Aries el 26 de enero, trayendo una nueva forma de fe: más activa, más encarnada.
Ambos planetas se unirán en una conjunción histórica el 20 de febrero, fusionando estructura y espiritualidad. Este encuentro puede generar reformas profundas en sistemas religiosos, educativos y políticos, y abrir caminos para construir lo invisible con acciones concretas.
Por otro lado, Júpiter retrógrado abre el 2026 todavía en el signo de Cáncer hasta marzo, y no es hasta el 30 de junio que pasa al signo de Leo: primero nutriendo lo emocional y familiar; luego impulsando la autoexpresión y el liderazgo creativo.
Finalmente, Urano entra en Géminis a finales de abril, marcando una revolución en la comunicación, la tecnología y la educación. Este tránsito puede traer avances en inteligencia artificial, redes digitales y formas alternativas de aprendizaje.
En conjunto, estos movimientos celestes configuran un año de renovación profunda, donde el cielo nos invita a sembrar nuevas formas de ser, liderar y conectar. El 2026 no será un año para repetir, sino para reinventar.
Saturno y Neptuno en Aries, Urano en Géminis y Júpiter transitando de Cáncer a Leo marcan un año de reinicio, innovación y liderazgo espiritual. Cada signo recibe una activación distinta, según su naturaleza y su eje evolutivo.
