

13 de junio de 2025 - 10:25 AM
Los perros son considerados los mejores amigos del ser humano debido al fuerte lazo que entablan con sus dueños y al instinto protector, que los hace muy eficaces a la hora de cuidar a la familia y al hogar. Es común que se muestren inquietos o comiencen a ladrar cuando personas desconocidas entran a la casa; sin embargo, este tipo de reacción no ocurre con todos los visitantes, sino que a veces se ensañan con algunos individuos en particular.
Este tipo de comportamiento demuestra que el perro interpreta lo que ocurre a su alrededor, incluyendo las actitudes y la energía de los visitantes. Los perros poseen una gran sensibilidad, por lo que son capaces de captar señales sutiles. La razón detrás de esta conducta irascible tiene un motivo más profundo.
Desde la etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal, se explica que la aceptación o rechazo que un perro muestra hacia una persona está relacionado con determinadas percepciones que capta. Esos estímulos pueden ser visuales, olfativos o conductuales.
Si el perro detecta una energía que considera negativa, adoptará una postura defensiva y puede comenzar a ladrar de manera persistente. Este tipo de reacción es más común en caninos que no han sido bien socializados, ya que sienten la necesidad de proteger su espacio seguro mediante ladridos y movimientos rápidos. Esta conducta obedece a su instinto natural de defensa, según los especialistas.
Socializar bien a un perro es clave para que sea equilibrado, seguro, y pueda relacionarse correctamente con otros animales, personas y entornos. Una buena socialización reduce la probabilidad de miedos, agresividad o comportamientos ansiosos en el futuro.
La educación canina tiene que empezar cuando tienen entre las 3 y 14 semanas de vida, aunque los expertos aclaran que nunca es tarde para socializar, incluso con perros adultos. Se recomienda presentar a otros perros tranquilos y bien socializados, en entornos neutros como parques.
También se aconseja que conozca múltiples formas humanas como hombres, mujeres, niños y personas mayores, con diferentes aspectos, voces, olores y vestimentas (gorros o bastones) para que se acostumbre a la diversidad que puede encontrarse en la vida en general.
La sociabilización siempre se debe hacer en un ambiente controlado, sin forzar el contacto. Se puede usar premios como caricias y golosinas para reafirmar las buenas conductas. Nunca hay que castigar al animal si se asusta o reacciona mal, es mejor retirarlo con calma y volver a intentarlo más adelante.
Cuando ven a alguien desconocido, los perros pueden sentirse alterados, ansiosos o sobreexcitados. Para ayudarlos a mantenerse tranquilos, se pueden seguir algunos consejos útiles:
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